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martes, 24 de abril de 2012

FRASES DE ERRICO MALATESTA


Todos somos egoístas, todos buscamos la satisfacción propia. Pero el anarquista encuentra su mayor satisfacción en la lucha por el bien de todos, por el logro de una sociedad en la que pueda ser un hermano entre hermanos, entre gente sana, inteligente, educada y alegre. Pero el que se adapta, el que está satisfecho de vivir entre esclavos y obtiene ganancias de la labor de esclavos, no es, ni puede ser anarquista.

Anarquismo

La base fundamental del método anarquista es la libertad, y por lo tanto, luchamos y lucharemos contra todo lo que viole la libertad (libertad igual para todos), cualquiera sea el régimen dominante: monarquía, república u otros.

Anarquismo

La discusión y las querellas han continuado sobre tantos otros puntos, y los exclusivismos igualmente. La simple convivencia no ha existido jamás; cada cual se cree superior al adversario en doctrina. Se está disgregado, desmenuzado así, y no se sabe ya reunirse para una actividad en común, cuando sería lo importante. Así la pasión, el fanatismo dominan siempre; pero la idea de la convivencia solidaria ha sido lanzada y el porvenir la realizará, cuando, con las dictaduras materiales, sepa romper también las dictaduras intelectuales.

Fanatismo

El socialismo (y con más razón el anarquismo) no puede ser impuesto, ya que sea por razones morales de respeto a la libertad, ya sea por la imposibilidad de aplicar, a la fuerza, un régimen de justicia para todos. No puede ser impuesto a la mayoría por una minoría, pero tampoco por la mayoría a una o a varias minorías. Por eso somos anarquistas, es decir, queremos que todos tengan la libertad, efectiva, de vivir como quieran, lo cual no es posible sin expropiar a los que actualmente detienen la riqueza social y sin poner los medios de trabajo a disposición de todos.

Impuesto

Anarquista es, por definición, aquél que no quiere estar oprimido y no quiere ser opresor; aquél que quiere el máximo bienestar, la máxima libertad, el máximo desarrollo posible para todos los seres humanos.

Anarquista

Nuestro objetivo es el bien de todos, la eliminación de todos los sufrimientos y la generalización de todas las alegrías que puedan depender de la voluntad humana; es la paz entre todos los seres humanos; es una nueva y mejor civilización, una humanidad más digna y feliz. Pero creemos que el bien de todos no puede alcanzarse realmente más que con la consciente colaboración de todos; creemos que no existen formulas mágicas capaces de resolver las dificultades; que no hay doctrinas universales e infalibles a todos los hombres y a todos los casos; que no hay hombres y partidos providenciales que puedan sustituir útilmente la voluntad de los demás por la suya propia y hacer el bien a la fuerza; creemos que la vida social adquiere siempre las formas que resultan del contraste de los intereses ideales de los que piensan y quieren. Por eso convocamos a todos a pensar y a querer.

Ideales
 
Fomentar toda clase de organizaciones populares es la consecuencia lógica de nuestras ideas básicas, y por lo tanto debería ser una parte integral de nuestro programa... Los anarquistas no quieren emancipar al pueblo; quieren que el pueblo se emancipe a sí mismo... Queremos que la nueva forma de vida surja del pueblo y corresponda a su estado de desarrollo y que avance al paso que ellos avanzan

Desarrollo

Nosotros, por el contrario, no pretendemos poseer la verdad absoluta, creemos más bien en la verdad social; la mejor forma de convivencia social no es algo fijo, válido para todos los tiempos y para todos los lugares, algo que pueda determinarse con anticipación, sino algo que, una vez asegurada la libertad, se va descubriendo y llevando gradualmente a la practica con los menores roces y la menor violencia posibles. Por eso nuestras soluciones dejan siempre la puerta a varias soluciones y, a poder ser, mejores.
Social

ENSAYO ERRICO MALATESTA

Amor Libre
Al principio puede parecer extraño que la cuestión del amor y todas las que le son conexas preocupen mucho a un gran número de hombres y de mujeres mientras hay otros problemas más urgentes, si no más importantes, que debieran acaparar toda la atención y toda la actividad de los que buscan el modo de remediar los males que sufre la humanidad.
Encontramos diariamente gentes aplastadas bajo el peso de las instituciones actuales; gentes obligadas a alimentarse malamente y amenazadas a cada instante de caer en la miseria más profunda por falta de trabajo o a consecuencia de una enfermedad; gentes que se hallan en la imposibilidad de criar convenientemente a sus hijos, que mueren a menudo careciendo de los cuidados necesarios; gentes condenadas a pasar su vida sin ser un solo día dueñas de sí mismas, siempre a merced de los patronos o de la policía; gentes para las cuales el derecho de tener una familia y el derecho de amar es una ironía sangrienta y que, sin embargo, no aceptan los medios que les proponemos para sustraerse a la esclavitud política y económica si antes no sabemos explicarles de qué modo, en una sociedad libertaria, la necesidad de amar hallará su satisfacción y de qué modo comprendemos la organización de la familia. Y, naturalmente, esta preocupación se agranda y hace descuidar y hasta despreciar los demás problemas en personas que tienen resuelto, particularmente, el problema del hambre y que se hallan en situación normal de poder satisfacer las necesidades más imperiosas porque viven en un ambiente de bienestar relativo.

Este hecho se explica dado el lugar inmenso que ocupa el amor en la vida moral y material del hombre, puesto que en el hogar, en la familia, es donde el hombre gasta la mayor y mejor parte de su vida. Y se explica también por una tendencia hacia el ideal que arrebata al espíritu humano tan pronto como se abre a la conciencia.
Mientras el hombre sufre sin darse cuenta los sufrimientos, sin buscar el remedio y sin rebelarse, vive semejante a los brutos, aceptando la vida tal como la encuentra.

Pero desde que comienza a pensar y a comprender que sus males no se deben a insuperables fatalidades naturales, sino a causas humanas que los hombres pueden destruir, experimenta en seguida una necesidad de perfección y quiere, idealmente al menos, gozar de una sociedad en que reine la armonía absoluta y en que el dolor haya desaparecido por completo y para siempre.
Esta tendencia es muy útil, ya que impulsa a marchar adelante, pero también se vuelve nociva si, con el pretexto de que no se puede alcanzar la perfección y que es imposible suprimir todos los peligros y defectos, nos aconseja descuidar las realizaciones posibles para continuar en el estado actual.

Ahora bien, y digámoslo en seguida, no tenemos ninguna solución para remediar los males que provienen del amor, pues no se pueden destruir con reformas sociales, ni siquiera con un cambio de costumbres. Están determinados por sentimientos profundos, podríamos decir fisiológicos, del hombre y no son modificables, cuando lo son, sino por una lenta evolución y de un modo que no podemos prever.
Queremos la libertad; queremos que los hombres y las mujeres puedan amarse y unirse libremente sin otro motivo que el amor, sin ninguna violencia legal, económica o física.

Pero la libertad, aun siendo la única solución que podemos y debemos ofrecer, no resuelve radicalmente el problema, dado que el amor, para ser satisfecho, tiene necesidad de dos libertades que concuerden y que a menudo no concuerdan de modo alguno; y dado también que la libertad de hacer lo que se quiere es una frase desprovista de sentido cuando no se sabe querer alguna cosa.
Es muy fácil decir: “Cuando un hombre y una mujer se aman, se unen, y cuando dejan de amarse, se separan”. Pero sería necesario, para que este principio se convirtiese en regla general y segura de felicidad, que se amaran y cesaran de amarse ambos al mismo tiempo. ¿Y si uno ama y no es amado? ¿Y si mientras uno aún ama, el otro ya no le ama y trata de satisfacer una nueva pasión? ¿Y si uno ama a un mismo tiempo varias personas que no pueden adaptarse a esta promiscuidad?

“Yo soy feo -nos decía una vez un amigo- ¿Qué haré si nadie quiere amarme?” La pregunta mueve a risa, pero también nos deja entrever verdaderas tragedias.

Y otro, preocupado por el mismo problema, nos decía: “Actualmente, si no encuentro el amor, lo compro, aunque tenga que economizar mi pan. ¿Qué haré cuando no haya mujeres que se vendan?” La pregunta es horrible, pues muestra el deseo de que haya seres humanos obligados por el hambre a prostituirse; pero es también terrible… y terriblemente humano.

Algunos dicen que el remedio podría hallarse en la abolición radical de la familia; la abolición de la pareja sexual más o menos estable, reduciendo el amor al solo acto físico, o por mejor decir, transformándolo, con la unión sexual como añadidura, en un sentimiento parecido a la amistad, que reconozca la multiplicidad, la variedad, la contemporaneidad de afectos.
¿Y los hijos?… Hijos de todos.
¿Puede ser abolida la familia? ¿Es de desear que lo sea?
Hagamos observar antes que nada, que, a pesar del régimen de opresión y de mentira que ha prevalecido y prevalece aún en la familia, ésta ha sido y continua siendo el mas grande factor de desarrollo humano, pues en la familia es donde el hombre normal se sacrifica por el hombre y cumple el bien por el bien, sin desear otra compensación que el amor de la compañera y de los hijos.

Pero, se nos dice, una vez eliminadas las cuestiones de intereses, todos los hombres serán hermanos y se amarán mutuamente.

Ciertamente, no se odiarán; cierto que el sentimiento de simpatía y de solidaridad se desarrollaría mucho y que el interés general de los hombres se convertiría en un factor importante en la determinación de la conducta de cada uno.
Pero esto no es aún el amor. Amar a todo el mundo se parece mucho a no amar a nadie.

Podemos, tal vez socorrer, pero no podemos llorar todas las desgracias, pues nuestra vida se deslizaría entera entre lágrimas y, sin embargo, el llanto de la simpatía es el consuelo más dulce para un corazón que sufre. La estadística de las defunciones y de los nacimientos puede ofrecernos datos interesantes para conocer las necesidades de la sociedad; pero no dice nada a nuestros corazones. Nos es materialmente imposible entristecernos por cada hombre que muere y regocijarnos por cada nacimiento.
Y si no amamos a alguien más vivamente que a los demás; si no hay un solo ser por el cual no estemos particularmente dispuestos a sacrificarnos; si no conocemos otro amor que este amor moderado, vago, casi teórico, que podemos sentir por todos, ¿no resultaría la vida menos rica, menos fecunda, menos bella? ¿No se vería disminuida la naturaleza humana en sus más bellos impulsos? ¿Acaso no nos veríamos privados de los goces más profundos? ¿No seríamos más desgraciados?

Por lo demás, el amor es lo que es. Cuando se ama fuertemente se siente la necesidad del contacto, de la posesión exclusiva del ser amado.

Los celos, comprendidos en el mejor sentido de la palabra, parecen formar y forman generalmente una sola cosa con el amor. El hecho podrá ser lamentable, pero no puede cambiarse a voluntad, ni siquiera a voluntad del que personalmente los sufre.

Para nosotros el amor es una pasión que engendra por sí misma tragedias. Estas tragedias no se traducirán más, ciertamente, en actos violentos y brutales si el hombre tuviese el sentimiento de respeto a la libertad ajena, si tuviese bastante imperio sobre sí mismo para comprender que no se remedia un mal con otro mayor, y si la opinión publica no fuese, como hoy, tan indulgente con los crímenes pasionales; pero las tragedias no serían por esto menos dolorosas.

Mientras los hombres tengan los sentimientos que tienen – y un cambio en el régimen económico y político de la sociedad no nos parece suficiente para modificarlos por entero – el amor producirá al mismo tiempo que grandes alegrías, grandes dolores. Se podrá disminuirlos o atenuarlos, con la eliminación de todas las causas que pueden ser eliminadas, pero su destrucción completa es imposible.

¿Es ésta una razón para no aceptar nuestras ideas y querer permanecer en el estado actual? Así se obraría como aquel que no pudiendo comprarse vestidos lujosos prefiriese ir desnudo, o que no pudiendo comer perdices todos los días renunciase al pan, o como un médico que, dada la impotencia de la ciencia actual ante ciertas enfermedades, se negase a curar las que son curables.

Eliminemos la explotación del hombre por el hombre, combatamos la pretensión brutal del macho que se cree dueño de la hembra, combatamos los prejuicios religiosos, sociales y sexuales, aseguremos a todos, hombres, mujeres y niños, el bienestar y la libertad, propaguemos la instrucción y entonces podremos regocijarnos con razón si no quedan más males que los del amor.

En todo caso, los desgraciados en amor podrán procurarse otros goces, pues no sucederá como hoy, en que el amor y el alcohol constituyen los únicos consuelos de la mayor parte de la humanidad.

BIOGRAFIA ERRICO MALATESTA


Errico Malatesta  (14 de diciembre de 1853 Santa Maria Maggiore, Campania, Italia — 22 de julio de 1932, Roma), es uno de los grandes teóricos del anarquismo moderno y con él podemos decir que se cierra la etapa de los clásicos anarquistas (junto a Pierre-Joseph Proudhon, Mijaíl Bakunin, Benjamin Tucker y Piotr Kropotkin).
Su pensamiento post-materialista abre una corriente, hasta el momento inexistente en la teoría anarquista, hecho que le llevará a un conflicto ideológico con el mismo Kropotkin al que considerará cercano al positivismo. Sus teorías influirán en las nuevas corrientes filosóficas que surgen a fines del siglo XIX y comienzos del XX en torno al neokantismo y neoidealismo.

Errico Malatesta nació en Santa Maria Maggiore (hoy Santa Maria Capua Vetere), a unos 30 kilómetros al norte de Nápoles, en el seno de una familia de propietarios rurales. El padre Federico, con la mujer Lazzarina Rastoin, poseía una próspera fábrica de curtidos.

Realiza estudios en una "Escuela Pía"; luego se inscribe en la Universidad de Nápoles, donde estudia medicina por tres años, sin graduarse.
En edad juvenil abraza los ideales republicanos de Giuseppe Mazzini. El 25 de marzo de 1868 es requerido por la Comisaría de Nápoles a causa de una carta de carácter subversivo dirigida a Víctor Manuel II; el 19 de marzo de 1870, aún con diecisiete años de edad, sufre la primera de una larga serie de detenciones policiales, tras un motín organizado por un círculo estudiantil republicano de la Universidad de Nápoles.

En el 1871, después de la Comuna de París, abandonó las ideas republicanas para abrazar el anarquismo; en el mismo año se inscribió en la federación napolitana de la Asociación Internacional de los Trabajadores.
En 1872 se fue a Suiza para participar en el Congreso internacional de Saint-Imier; en aquella ocasión se hizo amigo de Mijaíl Bakunin, de quien se considerará su discípulo. Posteriormente, Malatesta inicia un período de viajes con la finalidad de participar en distintas agitaciones sociales. Entre los países en los que viajó figuran Suiza, España, Egipto, Rumanía, Francia, Bélgica e Inglaterra. En Egipto fue uno de los impulsores del movimiento anarquista local. En marzo de 1885, para evitar la persecución en Europa, decide huir a la Argentina. Allá fundará sindicatos (la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos), promoverá la organización del proletariado, y a la vez se introducirá en fuertes luchas ideológicas con anarquistas individualistas.
En 1889 vuelve a Italia e inicia una larga etapa de creación y fundación de periódicos y revistas libertarias como L'Associazione (1889), L'Agitazione (1897), L'Internazionale (1901), La Rivoluzione Sociale (1902), Volontà (1913), Umanità Nova (1920), Pensiero e Volontà (1924); de las cuales, las tres últimas son las más importantes por su prestigio entre la prensa anarquista internacional de la época. En 1891, en Suiza, funda el Partido Socialista Revolucionario Anárquico, uniendo anarquistas ciprinianos y anarquistas propiamente dichos. Después de ser condenado a siete meses de cárcel en Italia y a arresto domiciliario, escapa a Inglaterra desde donde pasa pronto a Estados Unidos. En 1900 vive en La Habana, y posteriormente se traslada a Nueva York y a Londres, donde trabaja de mecánico electricista durante 13 años, atento siempre a los movimientos sociales y a mantenerse al día con el pensamiento científico y filosófico.

En 1907, en el Congreso Internacional Anarquista de Amsterdam (Actas del Congreso), vuelve a verse envuelto en pugnas contra los anarquistas individualistas. Este mismo año publicará polémicos artículos atacando el sindicalismo como cúspide del anarquismo. Entendía por tal no a la participación de los anarquistas en sindicatos sino a que los mismos se fundiesen en ellos. Sostenía la necesidad de la participación en los sindicatos (y otras organizaciones populares de lucha) pero a la vez la necesidad de la organización política de los anarquistas.
En 1914 interviene en el Congreso del Fascio Comunista Anarchico, así como también participa en una campaña insurreccional dirigida contra la Monarquía de Saboya y el Vaticano. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, Malatesta se muestra absolutamente partidario de la oposición activa al esfuerzo de guerra en todos los países por considerarla una guerra fratricida en provecho de los intereses de minorías explotadoras. Esto producirá la separación ideológica con Kropotkin (partidario de la alineación con Francia e Inglaterra). La separación se ejemplifica con la oposición de Malatesta al "Manifiesto de los 16" de Kropotkin.

En 1920 se produce una ola de ocupaciones de fábricas por parte de los trabajadores donde Malatesta participa, siendo inspirador del movimiento (desde la Unione Sindicale Italiana). Con la llegada de Mussolini, Malatesta es procesado por su participación antifascista en varias revistas. Prisionero en su domicilio, aislado y reprimido por el fascismo, muere el 22 de julio de 1932 en Roma.
En relación a sus teorías hay que decir que las desarrolló básicamente en un gran número de revistas y diarios que fundó y en los cuales participó activamente.

Alejamiento ideológico con Kropotkin

Las teorías de Malatesta tienen una base y un origen en Kropotkin, a pesar de que se diferencian en ciertos puntos, aumentando este distanciamiento a lo largo de sus vidas.
Las diferencias con Kropotkin se pueden resumir en cuatro puntos.
En primer lugar Malatesta, a diferencia de Kropotkin, cree que el anarquismo no se puede basar en el cientifismo. Afirma que el anarquismo es un ideal ético y social propuesto a la voluntad libre de los hombres, siendo la anarquía un orden natural, armonía de necesidades e intereses de todos, libertad completa en el sentido de una solidaridad asimismo completa, dándole un sentido ético y no científico a la definición.

En segundo lugar, Malatesta, a diferencia de Kropotkin, afirma que la voluntad y la conducta del hombre no están predeterminados y por lo tanto el hombre se forma socialmente.

En tercer lugar, critica la teoría de Kropotkin de "Tomar del montón"(Tomar los necesario que haya en los primeros momentos revolucionarios), ya que Malatesta afirma que no se debe esperar para empezar a producir y que no hay tal montón porque para él solamente la abundancia se lograba con el socialismo.

Y finalmente, una gran diferencia que los distanció definitivamente fue el posicionamiento de ambos ante la Primera Guerra Mundial: mientras Kropotkin apostaba por la intervención de los obreros en la guerra junto con Francia e Inglaterra, Malatesta fue un fervoroso opositor a la participación de los obreros en la guerra, viéndola como una simple lucha entre dos bandos igualmente imperialistas y pro-capitalistas.

Visión sobre el sindicalismo

Siguiendo con su pensamiento, cabe destacar su particular visión sobre el sindicato y su función dentro del movimiento anarquista. Malatesta parte de la premisa de que el sindicato es necesario, y que los anarquistas deben participar en él o fundarlo cuando éste no exista. A pesar de esto, afirma que el sindicato es un medio y no una finalidad. Esta idea se basa en sus sospechas sobre el hecho de que el sindicato, si no se tiene clara su función y se le confunde con una organización política, puede convertirse en un pseudopartido, con tendencias jerarquizantes y autoritarias hacia la mayoría de los participantes que se acercan por su cáracter reinvindicativo. A la vez, cree que el sindicalismo no debe caer en el error del oportunismo y conformismo social, ni en la pura defensa de los intereses particulares pero que hay una tendencia en el propio sindicalismo que lo lleva a caer en eso (de ahí la necesidad de la organización anarquista separada). La experiencia de la CGT francesa y el declinamiento del sindicalismo revolucionario ante la represión de los Estados y las concesiones de los mismos hacia sectores moderados y negociadores parecieran darle la razón para muchos anarquistas

Concepción económica

Respecto a su concepción en lo económico, la posición de Malatesta cambia a lo largo de su vida. En un primer periodo coincide con Kropotkin al considerar el comunismo como un sistema económico ideal. Para él comunismo significa que "todos trabajan y todos disfrutan de todo. Basta solo saber cuales son las cosas que se necesitan para satisfacer a todos y hacer de modo que todas estas cosas sean abundantemente producidas". Según el autor, no tendría que existir ni la moneda ni nada que la sustituyera, aunque sí un registro de las cosas pedidas y las producidas a fin de tener la producción a la altura de las necesidades. Textualmente cita que "lo que queremos hacer por la fuerza es poner en común los terrenos, materias primas, instrumentos de trabajo, edificios y todas las riquezas que actualmente existen" (algunos anarquistas interpretan que por esto se refiere no al establecimiento del comunismo sino a la toma de los medios de producción por parte de los trabajadores que los ponen en funcionamiento, esta interpretación tiene mucho sentido pues es lo que propone en el mismo texto del que está sacada esa cita). A pesar de esta afirmación, en un segundo momento de su vida, Malatesta sustituye éste dogmatismo económico entorno al anarcocomunismo por otra idea: la de que cada localidad de personas experimente su sistema económico ( mutualismo, cooperativismo, colectivismo o comunismo). Aunque Malatesta está abierto a que las comunidades asuman el sistema económico que prefieran, tiene la certeza de que todas acabaran asimilando el comunismo como sistema económico ideal. De esta manera afirma que "Referente al modo de organizarse y de distribuir la producción el pueblo hará lo que quiera, tanto más cuanto que en la práctica puede verse cual es el mejor sistema (...) cuando se haya visto cual sistema es el mejor (el comunismo, según él), los demás lo irán adoptando".

Organización política y social

Sobre la organización política Malatesta sigue un método muy didáctico: en primer lugar define el origen del estado y del gobierno, posteriormente hace una crítica al sistema de estado y de gobierno en la actualidad y finalmente propone la alternativa del anarquismo como organización social y política.
Para Malatesta la palabra Estado significa el conjunto de instituciones que sustraen al pueblo la gestión de sus propios asuntos, para, mediante la delegación, confiar a algunos individuos la facultad de hacer leyes sobre todos y para todos (en esto coincide con Engels). Además, Malatesta insiste en el hecho de entender como sinónimos Estado y gobierno. La abolición del estado será, según él, la abolición de organización política que se apoya en la autoridad, y a la vez, la construcción de una sociedad libre y anti-autoritaria con los motores de la armonía y el concurso voluntario, para satisfacer todas las necesidades sociales.

El autor, a la vez, rechaza dos tipos de definiciones de Estado: en primer lugar, rechaza que estado se entienda como vínculo de conexión social, ya que por consiguiente, anarquía se podría entender como disgregación social. En segundo lugar, rechaza el concepto de estado meramente como poder central, ya que consecuentemente anarquía se podría entender solo como cantonalismo y comunalismo. Por estas dos razones, Malatesta propone evitar la frase "abolición de estado" y sustituirla por "abolición de gobierno".

Sobre el concepto de gobierno, Malatesta apunta que éste se ha constituido históricamente a partir de un hecho de fuerza (usurpación) o de la imposición por parte de un grupo social (predominio de la minoría sobre la mayoría). Respecto a este concepto, el autor nos da dos definiciones contrapuestas. La primera, que según él es la de "ellos" y consiste en entender gobierno como una entidad moral que contiene atributos de razón, justicia e independencia, con un poder social abstracto. La segunda definición, que según Malatesta es la de "nosotros", definiendo el gobierno como un conjunto de gobernantes que legislan para reglamentar las relaciones del hombre, que decretan, que fuerzan al servicio militar, que castigan, que monopolizan, que declaran la guerra y que obligan a todo el mundo con la finalidad de designios particulares. Su crítica al gobierno se basa en el hecho de que los gobernantes no pueden estar excepcionalmente dotados para apartar a los propios individuos de sus deliberaciones.

Una vez rechazado por amplias razones el concepto de Estado y gobierno, Malatesta propone la anarquía como modelo social y político en sustitución del modelo que impera en la actualidad.

Según Malatesta, el anarquismo tiene una única razón de ser, y es la rebelión moral contra la injusticia. El anarquismo nace cuando alguien ve que las causas de todo mal son las luchas entre los hombres con el dominio de los vencedores y la explotación de los vencidos; la sumisión de unos ante los otros a lo largo de la historia, con el consecuente nacimiento del capitalismo, el estado y la propiedad privada.

Para Malatesta, la base fundamental del método anarquista es la libertad. Según él, anarquía significa "no gobierno", es decir que el pueblo mismo tiene que decidir lo que hay que hacer y cuando hay que hacerlo. En el caso de darse situaciones que no se puedan resolver de manera instantánea se debería elegir delegados, los cuales serían personas escogidas entre las más inteligentes pero sin ninguna autoridad sobre las demás. Añade que la organización debe empezarse desde abajo e ir subiendo gradualmente (de lo simple a lo compuesto). Su concepción organizativa se basa en la existencia de muchas agrupaciones, dentro de las cuales existen los diferentes oficios, con sus respectivos delegados. Estos serían responsables de llevar las inquietudes de la agrupación a las asambleas, cuyas conclusiones serían devueltas a las agrupaciones. La finalidad de la anarquía se puede resumir en la necesidad de que surja una organización social cuyo objetivo sea el bienestar y la libertad, la reunión y la fraternidad humana.

Su pequeña crítica al movimiento anarquista es que, según el, a pesar que no debe verse la anarquía como algo utópico y lejano, se ha descuidado mucho de qué manera se llega a ella, despreocupándose de los medios y caminos para implantarla. A la vez, hace algunas aclaraciones sobre el concepto de "anarquista" y critica el pseudoanarquista. Según Malatesta, no basta para ser anarquista creer en el ideal de la anarquía, sino que hay que luchar para alcanzarla, reclamando siempre libertad y justicia. También rechaza el hecho de aparejar el concepto de rebelde al de anarquista. Define a los rebeldes como individuos pertenecientes a la clase oprimida que no rechazan convertirse en opresores; individuos con mentalidad y sentimientos de un burgués frustrado. Por todo esto, rechaza la confusión entre rebelde y anarquista.

Un aspecto a destacar es la crítica a la democracia representativa que hace Malatesta. En primer lugar, su crítica se centra en el sufragio universal. Éste, según el autor, se basa meramente en la cantidad, hecho que no contempla la equidad. Afirma que el sufragio universal no es nada más que la capacidad de saber engañar a la masa y que genera vencedores (con el cinismo de la mitad más uno) y vencidos. Además, el hecho de que el gobierno sea escogido por una mayoría no garantiza que éste sea racional y justo, ni que obre en favor de los intereses comunes. También añade que además de los problemas estructurales del sufragio universal, los mecanismos electorales no son capaces de representar auténticamente a las mayorías.

Para entender el origen del parlamentarismo, Malatesta nos habla de dos tipos de opresiones históricas: la opresión directa mediante la fuerza, o la indirecta, que será el origen del parlamentarismo. Así, el parlamentarismo moderno, no es más que la dominación de la clase capitalista mediante la fuerza aplicada sutil e indirectamente. El autor ejemplifica este engaño afirmando que el proletariado, en muchos países, obtiene mayorías en las elecciones del gobierno. Esto no es más que una concesión de la burguesía para evitar que el pueblo se emancipe absolutamente. Así, el derecho de sufragio concedido al pueblo no es más que algo ilusorio y que solo sirve para consolidar el poder de la burguesía, engañando de forma descarada al proletariado. Por todo esto, Malatesta afirma que "aún con el sufragio universal, el gobierno ha continuado siendo el gendarme da la burguesía."

Crítica al marxismo y el bolchevismo

Es importante también la crítica que Malatesta hace al marxismo y al bolchevismo que podemos resumir en cuatro puntos.

-Primeramente Malatesta afirma que el comunismo no es el resultado lógico y necesario de las fuerzas económicas sino el producto de una conciencia generalizada de la solidaridad entre los hombres, diferenciándose del concepto marxista y bolchevique de comunismo.

-En segundo lugar critica el concepto de revolución que tiene por meta instaurar el marxismo ya que para él no consiste en la toma del poder por parte de la clase obrera ni en implantar una dictadura del proletariado; en oposición a esto, Malatesta considera la revolución como un medio para liquidar a todo gobierno y para la toma de posesión, por parte de los grupos trabajadores, de la tierra y los medios de producción.

-En tercer lugar, el autor se aleja del marxismo y bolchevismo ya que para él la edificación de una sociedad comunista debe concebirse como resultado de un largo proceso evolutivo y no puede ser uniforme ni simultáneo. Para el autor "ningún sistema puede ser vital y liberar realmente a la humanidad de la atávica servidumbre, si no es fruto de una libre evolución".

-Finalmente, en relación a la definición de rebelde vista anteriormente, se puede entender, aunque sutilmente, que los individuos a los que se refiere el autor (aquellos pertenecientes a la clase oprimida que no rechazan la idea de convertirse en opresores) responden claramente a los bolcheviques y a su idea de la dictadura del proletariado.

Antiindividualismo

Ya conocemos, por lo citado en la biografía, los múltiples conflictos que Malatesta tuvo con anarquistas individualistas. El autor siempre fue contrario al individualismo, hecho que le llevo a la enemistad entre algunos grupos anarquistas. El autor afirma que la acción social no es más que el resultado del conjunto de las iniciativas individuales. A la vez, ve la necesidad de que la suma de individuos concurra al mismo objeto para evitar divergencias y oposiciones. Afirma que el socialismo libertario no es más que la voluntad de impedir que ciertos individuos opriman a los otros, negando rotundamente la falsa definición de que el socialismo libertario se basa en aumentar la independencia individual en detrimento de lo social. Su antiindividualismo se da a conocer cuando Malatesta afirma que es imposible la existencia del individuo fuera de la sociedad. Es más, el individuo humano existe gracias a la sociedad, el entorno y la historia; entendiendo su existencia como resultado de incontables generaciones pasadas y también como resultado de la colaboración solidaria entre sus contemporáneos. Malatesta llega a afirmar la imposibilidad del pleno individualismo ya que cualquier actitud individual influye directa o indirectamente en la sociedad. Así pues, contrapone el individualismo al concepto de solidaridad.

El concepto de solidaridad

Finalmente, es importante poner énfasis en el concepto de solidaridad, ampliamente desarrollado por el autor. Según Malatesta, el principio básico de la anarquía es la solidaridad voluntaria. Su extensa teoría sobre la solidaridad empieza con los orígenes de ésta. El ser humano, dentro de su entorno natural, necesita asegurarse la existencia de una manera necesaria, instintiva e inconsciente, mediante dos tipos de lucha. La primera, de carácter individual contra su entorno y contra otros individuos. La segunda, mucho más importante, mediante la cooperación, el apoyo mutuo y la asociación contra factores naturales que niegan el desarrollo y el bienestar. Así pues, la conclusión es obvia: la cooperación es la única manera que el hombre tiene para progresar. El hombre ha podido salir del estado de animalidad gracias a su instinto de sociabilidad cooperativa, haciendo que la conservación de la especie mediante la solidaridad llegue a ser el fondo de la naturaleza moral del hombre. Malatesta destaca la adquisición del lenguaje como factor vital para llegar a la sociabilidad.

El hombre tiene la capacidad de asociarse de modo extensivo. Esto lo distingue de los animales, ya que su capacidad asociativa no llega más allá de una comunidad. Por ejemplo, las hormigas pueden asociarse dentro de un hormiguero, pero nunca con las hormigas de otro hormiguero.

Malatesta coincide con Bakunin cuando afirma que la emancipación individual no es posible sin la emancipación colectiva, mediante la solidaridad.

El autor ve la solidaridad como un concepto natural y evolutivo ligado al hombre. A pesar de esto, ve un quiebre entre solidaridad y humanidad en un determinado momento de la historia. Desde el momento en que algunos hombres descubrieron que podían aprovecharse de la cooperación y solidaridad de todos los otros, les sometieron bajo su dominación. Así, la solidaridad que tendría que haber llegado a todas las relaciones humanas, sufrió un cambió de dirección que conllevó el nacimiento de la propiedad privada y el gobierno. De este modo se ha desviado la lucha de todos para el bienestar de la humanidad por la lucha de todos contra todos. Esta situación no puede cambiar hasta que los explotados de todo el mundo no se den cuenta que su libertad pasa por la posesión de los medios de producción, de la tierra y de los instrumentos de trabajo, es decir, la abolición de la propiedad individual. Con la abolición de ésta, el gobierno, su principal defensor, también debería desaparecer de tal modo que la cooperación y la solidaridad volverían a ser libres, voluntarias y directas y se desarrollarían en el más alto grado.

Llegado el estado de anarquía la solidaridad se expresaría en la libre organización del trabajo, en la distribución igualitaria de toda la producción, y el trabajo por el bienestar de todos (siendo éste una diversión deseada ya que cada uno podría escoger aquel trabajo que se adaptase a sus inclinaciones).

Así pues, resumiendo el amplio concepto de Malatesta sobre la solidaridad, hay que decir que ésta es natural en el hombre, que en determinado momento sufre un brusco cambio para ser aprovechada en beneficio de unos pocos, siendo la propuesta del autor la reubicación de la solidaridad hacia el bien de la humanidad llegando a un estado de anarquía, mediante la supresión de la propiedad privada y del gobierno.

Como conclusión, cabe destacar el aporte de Malatesta abriendo nuevos caminos en el anarquismo del siglo XX. Éste hecho le costo el distanciamiento con los grandes clásicos, como es el caso de su alejamiento con Kropotkin.

Es interesante rescatar su concepción sobre el sistema de estado y de gobierno, su teoría sobre la solidaridad humana, su alejamiento del positivismo y su particular visión experimentadora en relación al modelo económico anarquista.



jueves, 19 de abril de 2012

MEMORIA ILUMINADA - ALEJANDRA PIZARNIK


Memoria Iluminada - Alejandra Pizarnik - Capítulo 1 [1/2]



Memoria Iluminada - Alejandra Pizarnik - Capítulo 1 [2/2]




Memoria Iluminada - Alejandra Pizarnik - Capítulo 2 [1/2]




Memoria Iluminada - Alejandra Pizarnik - Capítulo 2 [2/2]




Memoria Iluminada - Alejandra Pizarnik - Capítulo 3 [1/2]





Memoria Iluminada - Alejandra Pizarnik - Capítulo 3 [2/2]





Memoria Iluminada - Alejandra Pizarnik - Capítulo 4 [1/2]




Memoria Iluminada - Alejandra Pizarnik - Capítulo 4 [2/2]





ALEJANDRA PIZARNIK




BIBLIOGRAFIA ALEJANDRA PIZARNIK

Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, 29 de abril de 1936 - Ibíd., 25 de septiembre de 1972) fue una destacada poetisa argentina, eximia representante del surrealismo poético.
Nacida como Flora Pizarnik, fue la hija de Elías Pizarnik y de Rejzla (Rosa) Bromiker, ambos inmigrantes judíos rusos que se dedicaban al comercio de joyería. Creció en un barrio de Avellaneda. Tenía una hermana mayor de nombre Myriam.
Su infancia fue muy complicada. Hablaba el español con marcado acento europeo y tartamudeaba. Tenía graves problemas de acné y una marcada tendencia a subir de peso. Estas eventualidades minaban seriamente su autoestima. La autopercepción de su cuerpo y su continua comparación con su hermana le complicaron de manera obsesiva. Es posible que comenzara, por esta razón, a ingerir anfetaminas -por las que pronto desarrolló una fuerte adicción-, que le provocaban prolongados períodos con trastornos del sueño, euforia e insomnio.Alejandra padecía lo que se conoce como Transtorno Límite de la personalidad o Borderline.
En 1954, tras el bachillerato, ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Permaneció como estudiante de la Facultad hasta 1957, tomando cursos de literatura, periodismo y filosofía, pero no acabó sus estudios. Paralelamente tomó clases de pintura con Juan Batlle Planas.
Lectora profunda de muchos y grandes autores durante su corta vida, intentó ahondar en los temas de sus lecturas y aprender de lo que otros habían escrito. Así se motivó tempranamente por la literatura y por el inconsciente, lo que a su vez hizo que se interesara por el psicoanálisis.
Firmemente apolítica e influenciada en su lirismo por Antonio Porchia, los simbolistas franceses, en especial Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé, por el espíritu del romanticismo, y por los surrealistas, Pizarnik escribió libros poéticos de notoria sensibilidad e inquietud formal marcada por una insinuante imaginería. Sus temas giraban en torno a la soledad, la infancia, el dolor y, sobre todo, la muerte.
Su primer libro fue “La Tierra Más Ajena” (1955), editado en Botella Al Mar. Más tarde publicó “La Última Inocencia” (1956), volumen dedicado a su psicoanalista Oscar Ostrov, y “Las Aventuras Perdidas” (1958).
Entre 1960 y 1964, Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista "Cuadernos" y algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé, e Yves Bonnefoy, y estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. Allí entabló amistad con Julio Cortázar, Rosa Chacel y Octavio Paz, entre otros, siendo este último el prologuista de “Árbol De Diana” (1962), su cuarto poemario, en el que ya se refleja plenamente la madurez como autora que estaba alcanzando en Europa.
Regresó a Buenos Aires en 1964, publicando sus poemarios más importantes: “Los Trabajos y Las Noches” (1965), “Extracción De La Piedra De La Locura” (1968) o “El Infierno Musical” (1971).
En 1969 recibió la beca Guggenheim, lo que le permitió viajar a Nueva York, y en 1971 una Fullbright.
Escribió en prosa “La Condesa Sangrienta” (1971).
El 25 de septiembre de 1972, a los 36 años, se quitó la vida ingiriendo 50 pastillas de un barbitúrico (Seconal) durante un fin de semana en el que había salido con permiso del hospital psiquiátrico Pirovano de Buenos Aires, donde se hallaba internada a consecuencia de su cuadro depresivo y tras dos intentos de suicidio.
Faltó tiempo para la gran empresa literaria. Alejandra decía que tenía que escribir una novela y que habría de aprender una nueva gramática para llegar a ese fin que rondaba por su cabeza.
Hoy, tiene un monumento en la calle Güemes en Avellaneda.

OBRAS

Dejó como legado una vasta obra, a pesar de su corta vida: un extenso poemario, así como muchos escritos y relatos cortos surrealistas, y alguna novela breve.

La tierra más ajena, 1955.
La última inocencia, 1956.
Las aventuras perdidas, 1958.
Árbol de Diana, 1962.
Los trabajos y las noches, 1965.
Extracción de la piedra de locura, 1968.
Nombres y figuras, 1969.
El infierno musical, 1971.
La condesa sangrienta, 1971.
Los pequeños cantos, 1971.
El deseo de la palabra, 1975.
Textos de sombra y últimos poemas, 1982.
Zona prohibida, 1982. (Poemas, muchos de ellos borradores de piezas publicadas en Árbol de Diana, y dibujos).
Prosa poética, 1987.
Poesía completa 1955-1972, 2000.
Prosa completa, 2002.



FSLN, LA HISTORIA

FSLN, LA HISTORIA 1/5



FSLN, LA HISTORIA 2/5




FSLN, LA HISTORIA 3/5




FSLN, LA HISTORIA 4/5




FSLN, LA HISTORIA 5/5



ASESINATO DE ANASTASIO SOMOZA DEBAYLE

Anastasio Somoza Debayle. Es Asesinado en Asuncion Paraguay. 



DOCUMENTAL - FSNL (50 AÑOS DE HISTORIA)

DOCUMENTAL - FSLN (50 AÑOS DE HISTORIA)  PARTE 1


DOCUMENTAL - FSLN (50 AÑOS DE HISTORIA) PARTE 2


DOCUMENTAL - FSLN (50 AÑOS DE HISTORIA) PARTE 3



DOCUMENTAL - FSLN (50 AÑOS DE HISTORIA) PARTE 4


DOCUMENTAL - FSLN (50 AÑOS DE HISTORIA) PARTE 5


DOCUMENTAL - FSLN (50 AÑOS DE HISTORIA) PARTE 6





REVOLUCION SANDINISTA


Se conoce como Revolución Sandinista o Revolución Nicaragüense al proceso abierto en Nicaragua en 1978, y que se extendió hasta febrero de 1990, protagonizado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (llamado así en memoria de Augusto César Calderón Sandino) en el que se puso fin a la dictadura de la familia Somoza, derrotando al hijo de Anastasio Somoza, Anastasio Somoza Debayle, sustituyéndolo por un gobierno de perfil progresista de izquierda.
La lucha contra la dictadura de los Somoza, que ya había comenzado a finales de los años 50 del siglo XX se intensifica significativamente en 1978. En marzo de 1979 se firma el acuerdo de unidad por parte de los representantes de las tres fracciones sandinistas y se decide impulsar la lucha. En junio se hace el llamamiento a la "Ofensiva Final" y a la huelga general y el 19 de julio de 1979 las columnas guerrilleras del FSLN entran en Managua, con un amplio respaldo popular, consumando la derrota de Anastasio Somoza Debayle.
El nuevo gobierno, formado por un amplio espectro ideológico con presencia socialdemócrata, socialista, Marxista-leninista y con una influencia muy grande de la teología de la liberación, trataron de introducir reformas en los aspectos socio-económicos y políticos del Estado nicaragüense, tratando además los problemas relativos a la sanidad, la educación y reparto de la tierra que el país sufría. Logrando avances significativos y reconocidos internacionalmente.
La oposición armada realizada y organizada por los Estados Unidos, que organizó la llamada contra y hundió al país en una guerra civil, junto a diversos errores de gobierno achacables a la inexperiencia de los sandinistas llevaron a Nicaragua a una posición económica crítica que hicieron que el FSLN perdieran las elecciones de febrero de 1990 en favor de la UNO presidida por Violeta Chamorro poniendo fin al periodo revolucionario.

Antecedentes

La segunda intervención de Estados Unidos en Nicaragua termina en 1933 cuando gana las elecciones el Partido Liberal encabezado por Juan Bautista Sacasa. El 1 de enero de 1933 ya no había ningún soldado estadounidense en suelo nicaragüense, pero en 1930 los EEUU habían formado un cuerpo propio de seguridad, la Guarda Nacional, a cuyo frente quedó, a la salida de los soldados de EEUU, Anastasio Somoza García hombre de confianza de Washington. El 21 de febrero de 1934 El Coronel Elias Riggs, del Ejército Norte Americano, respaldado por Somoza, utilizando a la Guardia Nacional, asesina a Sandino, quien había luchado contra la intervención estadounidense y había sido el líder indiscutible de la oposición a esa intervención. El cadáver del General César Sandino fue sepultado por los militares de Somoza y hasta el día de hoy se desconoce el paradero de sus restos. Este fue el primer acto de una serie que llevaron a que Somoza, con apoyo de EEUU, se eligiera presidente de Nicaragua en 1936. Con ello se marcó el comienzo de una dictadura familiar de la familia Somoza que, apoyada por EEUU y auspiciando sus intereses, se instauró en el país.
A comienzos de la década de los 60 del siglo XX, los ideales de izquierda y las luchas por la liberación de los pueblos colonizados de sus metrópolis estaban en pleno auge y dando resultados. El 1 de enero de 1959 entraban en La Habana las tropas revolucionarias que luchaban contra la dictadura de Batista en Cuba y en Argelia se formaba el Frente de Liberación Nacional de Argelia para luchar por la independencia de Francia. En Nicaragua los diferentes movimientos contra la dictadura somocista iban a dar como resultado la constitución del Frente de Liberación Nacional de Nicaragua que sería el embrión de lo que vino a denominarse, posteriormente, Frente Sandinista de Liberación Nacional.
La situación económica de Nicaragua, a mediados del siglo XX, se ve deteriorada al caer los precios de productos agrícolas exportables como lo eran el algodón y el café. Políticamente el Partido Conservador de Nicaragua sufre una escisión y una de las facciones, los que fueron llamados popularmente los zancudos, pasa a colaborar con el régimen somocista. Anastasio Somoza García es ajusticiado por el poeta nicaragüense Rigoberto López Pérez en 1956 y vinculan con esta acción a Carlos Fonseca y Tomás Borge. En octubre de 1958 Ramón Raudales inicia una serie de acciones guerrilleras que constituyen el inicio de la lucha armada contra la dictadura somocista. En junio de 1959 se producen los hechos conocidos como "El Chaparral", un lugar del territorio hondureño, fronterizo con Nicaragua, en donde una columna guerrillera "Rigoberto López Pérez" al mando del Comandante Rafael Somarriba (en la que estaba integrado Carlos Fonseca) fue detectada y aniquilada por el Ejército de Honduras en coordinación con los servicios de inteligencia de la Guardia Nacional de Nicaragua.
Después de "El Chaparral" se dieron varias acciones armadas más, en agosto moría el periodista Manuel Díez Sotelo, en septiembre Carlos Haslam, en diciembre Heriberto Reyes, al año siguiente se producen los hechos de "El Dorado" y se mantienen una serie de acciones donde resultan muertos, entre otros, Luis Morales, Julio alonso, Manuel Baldizón y Erasmo Montoya.
La oposición convencional, hasta entonces liderada por el Partido Comunista de Nicaragua, no había sido capaz de formar un frente común contra la dictadura. La oposición a la dictadura se fue estableciendo en torno a diversas organizaciones clandestinas estudiantiles. Entre sus líderes destacaba, ya a comienzo de la década de los años 60, Carlos Fonseca Amador.
En 1957 Carlos Fonseca Amador, Silvio Mayorga, Tomás Borge, Oswaldo Madriz y Heriberto Carrillo forman la primera célula que se identifica con los principios proletarios. En octubre se forma en México el Comité Revolucionario Nicaragüense que preside Edén Pastora Gómez, Juan José Ordóñez, Roger Hernández y Porfirio Molina.
En marzo de 1959, se crea Juventud Democrática Nicaragüense (JDN), en su constitución participan, entre otros, Carlos Fonseca y Silvio Mayorga. Esta organización tenía la finalidad de llegar a la juventud no estudiantil urbana. A finales de ese mismo año desaparece para dar paso a la Juventud Revolucionaria Nicaragüense (JRN), grupo que mantuvo una actividad internacional elevada. El 21 de febrero de 1960 participa en una conferencia de exiliados nicaragüenses en Maracaibo (Venezuela) organizada por el Frente Unitario Nicaragüense (FUN) (coalición de diversas fuerzas opositoras a Somoza). Asistieron a esa conferencia Fonseca, en calidad de delegado de la Universidad Autónoma Nacional de Nicaragua (UANN) y Silvio Mayorga, en calidad de representante de las JRN, en donde firmaron el manifiesto "Intervención sangrienta: Nicaragua y su pueblo" y su "Programa mínimo" a la vez que conocieron a otros compañeros con los que, posteriormente, formarían el FSLN. Poco después se organiza el Frente Interno de la Resistencia que según el propio Fonseca es El primer auxiliar del Ejército Defensor del Pueblo Nicaragüense.
La JRN tenía una muy escasa presencia dentro de Nicaragua (estaba más activa en los centros del exilio nicaragüense de Costa Rica, México o Cuba) pero estableció contacto con la Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN), vinculada al Partido Conservador y fundada el 12 de enero de 1960 y en la que participaban, entre otros, José Benito Escobar, Germán Pomares, Salvador Buitrago, Roger Vásquez, Julio Buitrago, Daniel Ortega, Fernando Gordillo, Manolo Morales, Jorge Navarro, Orlando Quiñonez, Ignacio Briones, German Vogl y Joaquín Solís Piura, al calor de los acontecimientos de la Revolución cubana y su influencia en Latinoamérica. La JPN se definía como un grupo de jóvenes comprometidos con la democracia y la justicia social sin seguir el estandarte de ningún partido. En sus filas militaban Julio Buitrago y José Benito Escobar que llegarían a ser líderes importantes en el FSLN.
En el año 1960 la JPN realiza una serie de movilizaciones en diferentes ciudades de Nicaragua, Managua, Matagalpa y Carazo. Estas protestas son debidas a la represión de estudiantes que se habían saldado con la muerte de varios de ellos y como apoyo al nuevo gobierno cubano que encontraba dificultades con el gobierno somocista. La JPN jugó un importante papel en la movilización contra la dictadura. Su línea de actuación estaba al margen de los partidos opositores, como el Partido Socialista de Nicaragua o el Partido Comunista y muy lejos de la oposición conservadora. Fonseca promueve el ingreso a la JPN de Marcos Altamirano, que conocía de actividades anteriores. Altamirano pronto llega a Secretario General de la organización.
Edén Pastora junto a cinco nicaragüenses más se integra en el movimiento guerrillero "Frente Revolucionario Sandino" en Las Segovias.
A comienzos de 1961 se funda el Movimiento Nueva Nicaragua (MNN) en el que participan personas provenientes del mundo de la educación, como Carlos Fonseca, Silvio Mayorga, Tomás Borge, Gordillo, Navarro y Francisco Buitrago; personas provenientes de entornos obreros como José Benito Escobar; del campo, como Germán Pomares e incluso pequeños empresarios como Julio Jerez Suárez. También participaba en el MNN Santos López, guerrillero que había luchado con el General de Hombres Libres, Augusto César Sandino.
EL Movimiento Nueva Nicaragua estableció su base en tres ciudades del país, Managua, León y Estelí. Aunque su cuartel general se encontraba en la vecina Honduras. Su primera actividad pública se realizó el marzo de 1961 en apoyo de la Revolución cubana y en protesta de la posición que el gobierno de Nicaragua mantenía con Cuba, totalmente plegada a los intereses de Estados Unidos. El MNN se disuelve para dar paso al Frente de Liberación Nacional.
Los Somoza

Los gobiernos de la familia Somoza pusieron al país a plena disposición de los intereses de los EEUU. La familia se convirtió en una de las familias más ricas de las Américas, con un patrimonio estimado en aquél tiempo entre $1000 a $5000 millones de dólares, controlando la riqueza nacional de Nicaragua para sus propios intereses y fomentando la corrupción. Durante los años 50 y 60 del siglo XX, la estabilidad del régimen dictatorial proporcionó un desarrollo económico notable que no llegó a ser repartido con equidad manteniendo a grandes masas de la población en la extrema pobreza e indigencia. La oposición al régimen fue duramente perseguida, produciéndose asesinatos y torturas y obligando al exilio a los que se posesionaban en contra del poder establecido. La represión se acentuó a partir de 1964.
La capital Managua era conocida por ser la más moderna y próspera de la región, modernas y altas estructuras se elevaban en la ciudad lo que la hizo bastante turística en aquella época.
El terremoto de Managua de 1972 marcó un hito en la corrupción somocista cuando miles de millones de dólares de la ayuda internacional a las víctimas fue usurpada por el poder dejando a los perjudicados por la catástrofe sin socorro. La situación económica empeoró y creció el descontento entre la población.
El FSLN

Los diferentes movimientos de oposición fueron convergiendo dando lugar a principios de los años 60 al nacimiento del FSLN, organización que lideraría la lucha contra la dictadura.
El Frente Sandinista era una organización heterogénea en la que participaban gentes de diferentes ideologías con una marcada inclinación marxista y referencias de la Revolución cubana y argelina. No tenía vinculación con ningún partido existente en el país y basaba su ideología en las ideas y lucha de Augusto C. Sandino (guerrillero nicaragüense que se lucho contra la ocupación norteamericana en 1927-1933 y fue asesinado por Anastasio Somoza García).
Las fuerzas gubernamentales de los diferentes gobiernos somocistas lograron contener la lucha armada emprendida por el FSLN el cual sufrió fuertes derrotas como la de Pancasán en 1967 o la casa "Las Termópilas" en 1969 donde murió en combate desigual de Jorge Navarro, Padre de la Resistencia Urbana, que fue televisado en vivo y directo a todo el país. El pueblo fue testigo del valor de los muchachos del Frente Sandinista.
Al comienzo de la década de los 70 se va generalizando el apoyo popular a los Sandinistas tanto en las ciudades (centros educacionales y de trabajo) como en las zonas rurales.
En noviembre de 1976, Fonseca muere en combate, una perdida que acusa la organización. El FSLN sufre una división en tres Tendencias que luchan por separado. Estas tendencias fueron:
Tendencia GPP (Guerra Popular Prolongada).
Tendencia Proletaria.
Tendencia Tercerista.
Aún en esa coyuntura, los éxitos son relevantes y se producen acciones como "La ofensiva de Octubre 77"
Comienzo del triunfo revolucionario

A mediados de los años 70, parte de los líderes económicos del país y la Iglesia Católica se empiezan a alinear en contra del gobierno de Somoza. Se forma un movimiento de oposición dirigido por Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, dueño del diario La Prensa, el mayor del país, y fuerzan al gobierno a realizar algunos cambios. Este grupo opositor encontró apoyo en las filas del Partido Demócrata de los EEUU y en el gobierno estadounidense de Jimmy Carter que impulsó una política exterior más respetuosa con los Derechos Humanos.
El 10 de enero de 1978 es asesinado Pedro Joaquín Chamorro. El asesinato es atribuido al régimen y desata un gran malestar entre las clases medias y empresariales del país. En febrero se produce la insurrección del barrio de Monimbó de Masaya y en agosto se realiza la toma del Palacio Nacional por una columna del FSLN comandada por Edén Pastora. La negociación para la liberación de los políticos secuestrados en el Palacio Nacional hace que muchos presos políticos queden en libertad y que se pueda publicar y difundir un llamamiento a la población a la insurrección.
La insurrección se va generalizando y la represión gubernamental se agudiza y endurece llegando a realizar ataques contra la población civil. Esto hace que el FSLN adquiera apoyos y que comiencen a llegar protestas de países extranjeros que presionan al régimen somocista para que busque una salida negociada al conflicto.
Las fuerzas guerrilleras del FSLN inician operaciones coordinadas en los distintos frentes de guerra, estos fueron:
Frente Sur "Benjamín Zeledón", en el sur;
Frente Norte "Carlos Fonseca", en el norte;
Frente Central "Pablo Úbeda", en la zona central;
Frente Oriental "Carlos Roberto Huembes", en el área de Chontales;
Frente Occidental "Rigoberto López Pérez", en la zona de León y Chindandega;
Frente Sur-Oriental "Camilo Ortega", en las áreas de Masaya y Carazo;
Frente Interno, en el casco urbano de Managua.
En marzo de 1979 las diferentes fracciones sandinistas firman el acuerdo de unidad y en junio se hace el llamamiento a la "Ofensiva Final" y en junio se convoca una huelga general.
El gobierno de EEUU intenta, mediante la OEA (Organización de Estados Americanos), parar el avance del Frente. El gobierno norteamericano intenta que la OEA destaque tropas de interposición en Nicaragua, pero no obtiene apoyo necesario de los países latinoamericanos presentes en la organización. Posteriormente, poniendo como pretexto motivos humanitarios, intenta afincar tropas en Costa Rica para intervenir en Nicaragua, pero esta operación también fracasa. Lo mismo que los intentos de negociación con el FSLN para la composición de una Junta de Gobierno de Reconstrucción nacional.
Finalmente, los Estados Unidos de América del Norte se ven obligados a pedir a Anastasio Somoza Debayle su renuncia a la presidencia de Nicaragua en un intento de controlar la situación. Somoza es sustituido por el presidente del Congreso Nacional, Francisco Urcuyo, que en uno de sus primeros actos como presidente hace un llamamiento al FSLN a que deponga las armas. La respuesta sandinista fue la de incrementar el avance y Urcuyo abandona el país. La Guardia Nacional se derrumba el Frente Sandinista de Liberación Nacional entra en Managua el 19 de julio de 1979 poniendo fin a la etapa dictatorial somocista asumiendo las responsabilidades de gobierno mediante la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.
Los gobiernos revolucionarios

Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional

A la entrada en Managua el 19 de julio de 1979 del FSLN le siguió la instauración de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que estaba compuesta por cinco miembros. El coordinador de la misma, que hacía las veces de presidente, fue Daniel Ortega Saavedra del FSLN al que acompañaban Sergio Ramírez y Moisés Hassan, ambos también sandinistas y el empresario Alfonso Robelo Callejas y Violeta Barrios de Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro, (que sería la sucesora de Ortega al final del proceso revolucionario en 1990) como independientes. Se estableció un Consejo de Estado con representación de varios grupos sociales (políticos, sindicalistas, mujeres...) y se dispuso que se funcionara como una legislatura hasta la convocatoria y celebración de elecciones.
El control del Directorio Nacional del FSLN (que constaba de 9 comandantes del FSLN: Tomás Borge, Daniel Ortega, Víctor Tirado, Humberto Ortega, Henry Ruiz, Jaime Wheelock, Bayardo Arce, Luis Carrión y Carlos Núñez) sobre la Junta de Gobierno hizo que los miembros independientes abandonaran la misma un año después siendo sustituidos por otros 2 miembros no sandinistas, Arturo Cruz y Rafael Córdova Rivas. Este gobierno emprendió las políticas arriba indicadas y en 1981 el gobierno de Ronald Reagan impuso un bloqueo económico y empezó a financiar a grupos armados antisandinistas conocidos como la contra. Nicaragua buscó el apoyo de la URSS y de Cuba y en 1982 firma con la URSS un pacto de cooperación económica

Elecciones de 1984

El 4 de noviembre de 1984 se celebraron elecciones, no exentas de polémica por parte de contrarrevolución y con el boicot de algunos partidos de la oposición, en las que el candidato del FSLN, Daniel Ortega, obtuvo el 67% de los votos y el FSLN fue el partido mayoritario en el Parlamento con 61 escaños de un total de 96. Estás elecciones legitimaron, a la vista de muchos países extranjeros, al gobierno sandinista, pero no lograron detener la agresión de la contra. De los 1.551.597 ciudadanos con derecho a voto censados en julio de ese mismo año votaron 1.170.142 lo que representa el 75,41% los resultados fueron:
Partido                                                                        Candidato a la presidencia             % 

Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)                       Daniel Ortega                66,97%                 

Partido Conservador Demócrata de Nicaragua (PCD)                 Clemente Guido            17,04%

Partido Liberal Independiente (PLI)                                              Virgilio Godoy               9,60%

Partido Popular Social Cristiano (PPSC)                                         Mauricio Díaz                5,56%

Partido Comunista de Nicaragua (PCdeN)                                     Allan Zambrana            1,45%

Partido Socialista Nicaragüense (PSN)                                     Domingo Sánchez Salgado  1,31%

Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista (MAP-ML)  Isidro Téllez                 1,03%

Voto nulo = 6%.

El gabinete se vio obligado a proclamar el estado de excepción para hacer frente a la agresión armada, donde se suprimieron algunos derechos civiles y se limitó la libertad de expresión, aunque el principal periódico de oposición La prensa, con línea editorial cercana a la contrarrevolución, se siguió editando así como se mantuvieron emisiones de las cadenas de radio pertenecientes a la iglesia católica. También el gobierno electo se vio obligado a la imposición del servicio militar obligatorio (denominado (SMP) Servicio Militar Patriótico) medida que resultó muy impopular.
En 1988 comenzaron las conversaciones para un proceso de paz que culminaron en las elecciones de febrero de 1990.

Elecciones de 1990, la pérdida del poder

El 25 de febrero de 1990 se celebran elecciones generales que pierden los sandinistas. Para hacer frente al FSLN se constituyó la Unión Nacional Opositora (UNO), una coalición electoral de 14 partidos encabezada por Violeta Barrios de Chamorro, un miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y viuda de Pedro Joaquín Chamorro, asesinado por Somoza el 10 de enero de 1978.
El FSLN presenta a Daniel Ortega como presidente y a Sergio Ramírez como vicepresidente bajo el lema "Ganamos y adelante! Daniel Presidente. Todo será mejor!!!"
El detalle del resultado electoral fue el siguiente                                                          

Elecciones generales de Nicaragua de 1990                      %
                                                                                       
                                             UNO                                                    54,74%
                                             
                                             FSLN                                                   40,82%
  
                                             MUR                                                    1,18%

                                             Otros partidos                                     3,26%

Estas elecciones dieron el poder a la señora Chamorro que pasó a ser la presidenta de Nicaragua y puso así fin al período revolucionario.

UNO

El historiador e investigador social nicaragüense Roberto J. Cajina describe a la coalición Unión Nacional Opositora de la siguiente manera:
Desde el mismo momento de inicio, bajo la dirección política y ayuda técnica y financiera del gobierno del los EE.UU, la existencia del UNO fue marcada por deformaciones estructurales graves, derivadas de su propia naturaleza. En su conformación concurrieron las corrientes más diversas de la gama política e ideológica nicaragüense: del liberal-conservador - tradicionalmente anticomunista y favorable a EE.UU., a los marxistas-leninistas del linaje moscovita, a los partidarios abiertamente declarados de lucha de clase y a los enemigos de capitalismo en su estado superior del desarrollo. Paradojas de una alianza electoral heterogénea y frágil.
La constitución de la coalición de a UNO fue la siguiente:
3 fracciones liberales: PLI, PLC y PALI
3 conservadores: ANC, PNC y APC
3 Social-cristianos: PPSC, PDCN y PAN
3 Socialdemócratas: PSD, MDN y PSN
1 Comunista ortodoxo: PC de Nicaragua
1 Partido unionista de Centroamérica: PIAC

Acciones revolucionarias y contrarrevolución

Cuando los Sandinistas entraron en Managua en 1979 se encontraron con un país que tenía enormes problemas. La guerra contra Somoza había producido más de 50.000 muertos, había centenares de miles de familias que carecían de hogar o que estaban refugiados en países vecinos y muchas áreas del país tenían sus escasas infraestructuras en ruinas. Había una deuda exterior de 1.600 millones de dólares (año 1979). Muchos profesionales cualificados y expertos hombres de negocios huyeron del país, se produjo una escasez de alimentos y combustible y se encontraron con altas tasas de analfabetismo, pobreza extrema y una muy deficiente salud pública.
El nuevo gobierno de reconstrucción nacional emprendió la labor de reconstrucción del país, creando una nueva infraestructura política y económica con el objetivo de mejorar las condiciones de la población, en especial la más pobre. Nacionalizo las pertenencias de la familia Somoza y la oligarquía que la rodeaba a la vez que garantizaba la propiedad privada y el respeto a los derecho humanos y programaba a Nicaragua como país no alineado. Inicialmente el gobierno revolucionario recibió ayuda de países extranjeros, incluso de los 

EEUU.

La economía se organizó como una economía mixta con predominio del sector público controlado desde el gobierno, nacionalizó la banca y se hizo con el control del comercio exterior que era crítico al ser, la exportación de productos agrícolas la base de la obtención de recursos para la importación de alimentos y otros bienes de consumo. La mayor parte de las tierras y los negocios permanecieron en manos del sector privado con la excepción los que pertenecían a la familia Somoza y algunos individuos privilegiados (este hecho llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, en su resolución número 2.87, a declarar que el Gobierno de Nicaragua ha violado el derecho a la propiedad privada consagrado por el Artículo 21 de la Convención Americana, resolución que muestra los obstáculos con los que tendría que enfrentase la Revolución en su intento de modernizar y dignificar el país). Algunas de las medidas adoptadas por los sandinistas imponían restricciones sobre la utilización de los bienes, lo que provocó la oposición de muchos empresarios.
En el mundo laboral los sindicatos sandinistas tomaron relevancia, aunque las organizaciones independientes sobrevivieron, el gobierno realizó un política de apoyo a los trabajadores

Reforma agraria

Dentro de los cambios económicos impulsados por la Revolución el reparto de las tierras en un país fundamentalmente agrícola y de latifundios, donde las tierras estaban en manos de una pequeña minoría, fue una de la prioridades de las nuevas autoridades, consiguiendo llevar a cabo, aunque parcialmente debido a las diferentes presiones, la reforma agraria. Las tierras repartidas provenían de las propiedades nacionalizadas a los Somoza y sus partidarios. Se crearon granjas cooperativas dependientes del gobierno que congregaban a pequeños productores facilitándoles el acceso a créditos, herramientas e insumos. Se fomentó la producción agrícola para el consumo propio y la exportación.
La reforma agraria se constituyó como un proceso que dependió de los diversos factores dependentes de las condiciones económicas, políticas y de organización que se presentarían durante el periodo revolucionario. Nicaragua, como otros países del llamado tercer mundo tenía una economía basada en la agricultura de exportación, con productos como el café y el algodón cuyo precio depende de los mercados internacionales.
La propia ley de reforma agraria, en su artículo 1, marca las diferentes figuras de la propiedad de la tierra, estas son:
Propiedad del Estado (con la tierra confiscada de somocistas)
Propiedad cooperativa (parte de tierra confiscada, pero sin los certificados de propiedad individuales, trabajadas en régimen cooperativo).
Propiedad comunal (perteneciente a comunidades concretas, especialmente a las comunidades de Miskitos de la región Atlántica).
Propiedad individual (con certificado de propiedad individual trabajada por un solo propietario).
La reforma agraria se ejecutó en cuatro fases diferentes:
Primera fase (1979): confiscación de las propiedadesde la familia Somoza y la oligárquica allegada a ella.
Segunda fase (1981): Ley de Reforma Agraria 19 de julio de 1981.
Tercera fase (1984–1985): Cesión de tierras a los campesinos.
Cuarta fase (1986): Ley de reforma agraria de 1986, o "Reforma de la Ley de 1981".

Educación y sanidad

La educación se consideró prioritaria. En 1979 el índice de analfabetismo era mayor del 50% (de los mayores de América) y en 2 años quedó reducido a un escaso 13% mediante una agresiva campaña de alfabetización que fue atacada por la eminente contrarrevolución que ya para entonces había sido creada con el apoyo y patrocinio de Estados Unidos.
En la misma línea se realizaron políticas sanitarias y de educación superior, así como un plan de infraestructuras sanitarias y sociales. Se realizaron campañas de vacunación masiva y de educación sanitaria básica, que lograron reducir muy ostensiblemente las tasas de enfermedades y la mortalidad infantil.
Se tomaron medidas de dinamización social tendentes a implicar a todos los sectores sociales en la reconstrucción del país y logar los objetivos revolucionarios. Se crearon los Comité de Defensa Sandinista (CDS) en las zonas urbanas tendentes a la organización de las diferentes actividades y vigilantes de las acciones contrarrevolucionarias. Se extendieron activamente los sindicatos al mundo rural y se crearon organismos para ayudar a los campesinos. Nacieron y potenciaron las organizaciones de participación ciudadana, grupos de mujeres, estudiantes y jóvenes.

Las relaciones exteriores

En la coyuntura de la guerra fría, Nicaragua no pudo mantenerse realmente como un país no alineado. Cuba participó activamente en la consecución de algunos de los objetvos marcados por la Revolución, mandó maestros, médicos y personal sanitario así como asesores militares. Los países del bloque soviético, con la URSS a la cabeza, mandaron ayuda al gobierno revolucionario. También muchos países de Europa Occidental y de Latino América apoyaron a las nuevas autoridades. La simpatía que mostraba el gobierno sandinista por otros movimientos liberadores de izquierda que operaban en otros países latino americanos, como en El Salvador, enfriaron y condicionaron las relaciones con muchos de esos países.
El papel que históricamente había jugado EEUU en Nicaragua y en el resto de América fue determinante para señalar a este país como el que había respaldado a los diferentes gobiernos de los Somoza y antepuesto toda clase de obstáculos al triunfo revolucionario y a las reformas que desde la Revolución se querían poner en marcha. Se identificó los EEUU como el defensor de los ricos opresores en contra de los pobres. Esta identificación de EEUU queda evidenciada en el Himno a la Unidad Sandinista cuando dice "luchamos contra el yankee, enemigo de la humanidad". Por su parte el gobierno de los EEUU veía en los lazos de amistad de la Nicaragua Sandinista con Cuba y la URSS como la prueba fehaciente de su alineamiento político en el bloque comunista, a esto se le sumaba la ideología marxista leninista de mucho líderes sandinistas.
El gobierno de la administración Carter realizó esfuerzos, tenía una oposición muy fuerte en el Senado, para ayudar a los nuevos gobernantes nicaragüenses. En las elecciones presidenciales de EEUU celebradas el 4 de noviembre de 1980 sale victorioso el candidato del Partido Republicano Ronald Reagan. Reagan se destacaba por su fuerte anticomunismo y estaba convencido de que los movimientos de liberación de América estaban potenciados y creados por la URSS. Cuando toma el poder en 1981 emprende una política de aislamiento de Nicaragua y organiza, apoya y finanza la oposición armada al gobierno revolucionario creando la contra.

La contrarrevolución

Desde el triunfo mismo de la Revolución y el desmantelamiento de la Guardia Nacional, grupos aislado de guardias con base en Honduras mantuvieron hostilidades armadas con el nuevo gobierno nicaragüense. A finales del año 1981 estos grupos armados recibian apoyo del gobierno argentino y una ayuda secreta de los Estados Unidos. Los grupos contrarrevolucionarios se fueron alimentando de los descontentos con las reformas revolucionarias. Incluso algún relevante sandinista, como Edén Pastora creó su propio grupo armado de oposición, en este caso con base en Costa Rica. También algunos grupos étnicos como los miskitos se sumaron a estos movimientos antisandinista. A todo este conglomerado contrarrevolucionario se le denominó contra (acortamiento de contrarrevolucionarios o contrarrevolución en contraposición de compa acortamiento de compañero como se denominaban los sandinistas entre si).
Desde la llegada al poder de la administración Reagan el apoyo a los contras se generaliza e incrementa mientras que se bloquea y presiona al gobierno nicaragüense impidiendo la ayuda de otros países y diversos organismos e instituciones internacionales. Se estima que entre 1982 y 1990 los EEUU gastaron en el apoyo a la Contra más de 300 millones de dólares.
El bloqueo de EEUU y la agresión armada debilitaron sustancialmente la ya débil economía nicaragüense. Las acciones armadas, incluso directas de los EEUU, dañaron infraestructuras, impidieron la explotación agrícola y el comercio causando muchas bajas entre la población civil, forzando a mucha población a refugiarse en otras áreas del país o en el extranjero y obligando a destinar enormes partidas presupuestarias a la defensa y reconstrucción así como a tomar decisiones de gobierno antipopulares como puesta en marcha de un Servicio Militar Obligatorio.
Para hacer frente a la agresión el gobierno revolucionario se vio obligado a aumentar las fuerzas militares, en 1983 tuvo que instituir el Servicio Militar Obligatorio, y a realizar compras de armas a Cuba y URSS. La generalización de la guerra supuso la imposición del "estado de emergencia" que conllevó la suspensión de algunas libertades civiles con encarcelamientos de algunos dirigentes opositores y algún episodio de censura de la prensa.
La contra, en la que militaban muchos ex guardias somocistas y estaba dirigida por agente ligados a los Somoza, cometió grandes atrocidades entre la población civil nicaragüense llegando a ser acusada de no respetar los derechos humanos. En esta coyuntura se comenzó a cuestionar dentro de los EEUU el apoyo que se prestaba a estos grupos armados (que habían llegado a ser denominado por Ronald Reagan como "defensores de la libertad"). El Congreso de los EEUU comienza a restringir el apoyo a la contra llegando a prohibirlo totalmente en 1985.
El financiamiento de la intromisión armada por parte de los EE.UU. se mantuvo incluso en contra de la decisión del Congreso de ese país en 1985 (aunque no se ejecutó hasta octubre de 1986) mediante los fondos obtenidos por la venta ilegal de armas a Irán (en plena guerra Irán-Iraq, donde Irak era el aliado oficial de los EE.UU.) conocido como el caso irangate. La intromisión de los Estados Unidos llegó a ser tan intensa y evidente que la Corte Internacional de Justicia condenó la misma en sentencia del 27 de junio de 1986 por el apoyo a la contra y el minado de las aguas nicaragüenses (ver Nicaragua contra Estados Unidos).

Hacia la paz

Antes de 1987 las fuerzas de la contra contaban con más de 10.000 hombres. El gobierno de EEUU intentaba el derrocamiento del gobierno sandinista por la fuerza utilizando todas las estrategias que estaban en su mano. La mayoría de los países latinoamericanos se oponían a que EEUU derrocara al gobierno nicaragüense y temían una extensión de la guerra por la región. México, Colombia, Panamá y Venezuela formaron el llamado Grupo de Contadora ya en 1983 para mediar en el conflicto sin obtener resultados positivos.
En 1987 el presidente de Costa Rica, Óscar Arias Sánchez, realiza una conferencia de presidentes centroamericanos para buscar solución a los conflictos de Nicaragua y El salvador. Fruto de esta conferencia son la negociaciones que en 1988 comienzan a realizar el gobierno de Nicaragua con la contra.
La economía nicaragüense, muy afectada por el conflicto, estaba al borde de la quiebra (la inflación en 1988 se situó entre el 2,000 y el 36,000%) y el presupuesto destinado a la defensa representaba la mitad de los presupuestos generales del país. Los planes de educacionales y sanitarios, así como alimenticios se vieron afectados por la situación económica y Nicaragua pasó a ser considerado el país más pobre de América latina. Los ataques de la contra dañaron la agricultura y la medida de fomentar la producción de alimentos básicos en lugar de productos para la exportación, de la que dependía la entrada de divisas en el país, llevaron a una situación desesperada que se agarbaba por los daños en la población civil que la agresión de la contra causaban (más de 10.000 bajas entre muertos y heridos y muchos refugiados).
La situación internacional comenzó a cambiar. En la URSS se abrió el periodo conocido como perestroika y en EEUU se produjo el cambio de gobierno entrando George Bush el cual impuso una política más partidaria en contar una solución negociada al conflicto.
Dentro de los acuerdos de paz se incluye la celebración de elecciones en febrero de 1990. A esas elecciones la oposición, con el apoyo de los EEUU, crea una coalición denominada Unión Nacional Opositora (UNO) presidida por Violeta Chamorro. En la coyuntura de la guerra y con la amenaza de proseguir la misma si vencían los sandinista, con una economía arruinada el resultado electoral da la victoria a la UNO con un 55% de los votos frente a un 41% obtenido por los sandinistas. Se produjo el cambio de poder, pasando el FSLN a la oposición.
Dentro de las conversaciones de paz los sandinistas mantuvieron el control del ejército con el compromiso de despolitizarlo, pasó de ser el "Ejército popular Sandinista" a ser el "Ejército de Nicaragua", algunos contras pasaron a integrase en él. Se desmovilizó buena parte de las fuerzas militares y se disolvió la contra. Los sandinista mantuvieron la mayoría en la representación del Tribunal Supremo y el mayor grupo de de la Asamblea Nacional. La red social que habían potenciado, sindicatos, asociaciones de vecinos, grupos de mujeres, estudiantes y jóvenes se mantuvo viva y contribuyó a reforzar el poder político del FSLN.
En la separación de las estructuras del estado y de partido algunas propiedades confiscadas pasaron a ser inscritas como propiedades del partido e incluso algunos dirigentes las inscribieron a su nombre, esto se conoció por el apelativo de "la piñata" y fue duramente criticado aunque no se llegó a denunciar, juzgar o condenar a nadie por estos hechos.
El gobierno de Violeta Chamorro encontró contradicciones dentro de la coalición que le apoyaba y la UNO no se llegó a presentar a las siguientes elecciones. Fue el primer gobierno del periodo liberal que se abrió y puso fin al periodo revolucionario.

El legado de la Revolución

La Revolución dejo cambios profundos en Nicaragua. Las estructuras de poder que la oligarquía ligada a la familia Somoza había montando y mantenido para su propio beneficio fueron desbaratadas. Los niveles de educación de la población se elevaron muy significativamente. Grupos de población, como jóvenes, mujeres y campesinos, hasta entonces marginada de las actidades sociales y en la participación en la vida nacional vieron incrementado su presencia en estas áreas. Las regiones de la Costa Atlántica pobladas por Miskitos obtuvieron autonomía. Se produjo por primera vez, después de décadas de dictadura y guerra civil un paso de poder de forma pacífica entre gobiernos surgidos de las urnas.
Desde el punto de vista muchos nostálgicos,los objetivos de la Revolución Sandinista, programados al pueblo nicaragüense, del derecho a una alimentación digna, a una vivienda, a la salud, a la educación... que inicialmente fueron llevados a cabo por diferentes programas de los gobiernos revolucionarios se perdieron al ser abandonados los los gobiernos postrevolucionarios de carácter liberal de la década de los años 90. También desde el punto de visto de los nostálgicos,el analfabetismo volvió a subir, aunque se mantuvo en niveles inferiores a los anteriores al 19 de abril de 1979.
La Revolución realizó una reforma agraria dando tierras a los campesinos que no las tenían, la intervención de empresas y de la banca en busca de un sistema productivo mixto con un sector público fuerte y controlado desde el estado propiciaron la desconfianza del sector privado, tanto nacional como internacional que produjo una caída de las inversiones en el país. La guerra de agresión, organizada y financiada por los EEUU, a la que Nicaragua hizo frente obligó a los diferentes gobiernos sandinistas a dedicar recursos enormes a la defensa y a la restauración de los daños materiales que los combates provocaban.
Se ha discutido mucho sobre los factores que produjeron la gran crisis económica del periodo revolucionario (cuando triunfó la revolución Nicaragua contaba ya con una gran deuda externa y una aguda crisis en su economía): algunos observadores exteriores achacan la crisis a la economía de corte marxista que los gobiernos sandinistas realizaron, mientras otros hacen hincapié en la guerra de agresión de EEUU y la contra. La Revolución dejo una Nicaragua más libre y normalizada pero más pobre y dividida.
En el año 2006, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, vuelve a ganar unas elecciones de la mano de Daniel Ortega y tras más de 15 años, los sandinistas vuelven al poder dentro de un nuevo contexto para Latinoamérica y para el mundo.

El coste en vidas

Entre los años 1972 y 1991 se estima, según el victimario de "De re Militari", que en Nicaragua hubo unas 65.000 muertes, 35.000 de ellas durante la lucha contra el somocismo (25.000 civiles y 10.000 combatientes) y 30.000 durante el periodo de gobierno del FSLN por el conflicto abierto con las contras (15.000 civiles y 15.000 combatientes), se tiende a responsabilizar a Anastasio Somoza Debayle por la muertes, especialmente las sucedidas durante su gobierno.

Solidaridad internacional

"La solidaridad es la ternura de los pueblos". Bajo este lema la Revolución sandinista levantó un amplio movimiento de solidaridad en todo el mundo bajo las banderas de democracia y justicia social que enaborlaba el sandinismo, que ha continuado hasta nuestros días en diversos formatos y con Nicaragua y otros países.