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martes, 21 de agosto de 2012

BARTOLINA SISA



Nació en la paz el 25 de agosto de 1750, hija de don José Sisa y Josefa Vargas ambos dedicados a la compra - venta de coca. Debido a esta labor comercial llegaban a los yungas y otros pueblos alejados llevando a Bartolina consigo. Luego establecieron su negocio en Sicasica. Bartolina prosiguió el comercio llegando a poblaciones del Perú, Cochabamba y PotosÍ. En estas andanzas conoció a Julián Apaza con quien contrajo matrimonio en Sicasica por el año 1770, yéndose a vivir a Sapahaqui. Junto en la misma labor percibieron el sufrimiento de los mitoyos, la crueldad de los encomenderos, las expoliaciones de los corregidores y todas las injusticias del régimen colonial.
Esto incidió en la decisión de luchar para dar fin a la dominación española. Cuando se produjo el alzamiento en Ayoayo (1781) bajo el caudillaje de tupaj katiri (Julián Apaza), Bartolina su esposa le acompaño en todas las circunstancias de la insurrección.
Esta notable mujer tomo parte activa en la organización de los campamentos militares de la sublevación Aimara en el Alto de la Paz, en Chacal taya, en killi killi y en el calvario; en el valle de Poto potó y en las alturas de Pampahasi. Tomo parte en el comando y administración de justicia, en el cuidado de la alimentación, así también como empuñar las armas, acaudillar a las tropas, entolar combatientes, tomar decisiones e imponer su voluntad a los alzados.
Es loable mencionar que esta pareja sostenía el espíritu guerrero de sus combatientes estando presentes o turnándose para estar en los diferentes campamentos solucionando problemas y atendiendo necesidades.
Adopto las dotes de virreina durante la insurrección, lo cual indignaba al oidor Diez de medina. Durante el primer asedio a la Paz de los insurrectos, Bartolina se gano la fama y el respeto de sus seguidores y del enemigo. Después de las derrotas de Calamarcas y Ventilla, el ejército español se propuso capturar a los lideres utilizando a delatores y traidores, lo que consiguió gracias al apoyo de un grupo de desleales, tomando presa en una emboscada a la virreina y su escribiente (el mestizo Juan Hinojosa) el 2 de julio de 1781. Fue entregada al coronel Ignacio Flores y conducida a la ciudad de la Paz, hacia la prisión de las cajas por el orden del corregidor Sebastián de Segurola.
Estuvo varios meses encarceladas hasta que en septiembre de 1782, el oidor Tadeo Diezde Medina la sentencio a la harca siendo arrastrada por el caballo y luego ser esclava de cabeza y manos en picotas para ser mostrada en Cruz pata, Alto de San Pedro y Pampahasi. Luego fue decapitada y su cabeza llevada a Ayoayo, Sica Sica y Sapahaqui, para después ser quemada y sus cenizas tiradas al aire, como muestra de escarmiento a los insurrectos.
El 6 de septiembre pendía ahorcados Bartolina sisa y Gregorio Apaza, hermano de tupaj katari en la plaza de armas de la Paz.