Se denomina murga a una forma popular de música
callejera desarrollada en varios países durante alguna festividad (Carnavales,
fiestas patronales, aniversarios de fundación, eventos deportivos, etc.)
La denominada murga porteña es característica de los carnavales de esta ciudad. Con integrantes que van desde los 20 hasta los 400 murgueros, los ensayos se realizan durante todo el año de modo tanto amateur como profesional -dependiendo de cada murga- para actuar en los corsos de carnaval que se brindan durante todos los fines de semana del mes de febrero en la ciudad de Buenos Aires.
Su instrumento característico es el "bombo con platillo" que guía la rítmica de percusión del tradicional desfile. La vestimenta consiste en un frac o levita, pantalón, guantes y grandes “galeras” (chisteras) de distintas combinaciones de colores dependiendo la agrupación, tal vestimenta deriva del atuendo que solía usar la población de origen melanoafricano durante los carnavales del siglo XIX, esta población deformaba con fines paródicos y burlescos la ropa usada que les entregaban los patrones. Cada murga suele tener un lazo muy fuerte con el barrio donde nació: así cada murga se "apellida" de acuerdo a su barrio generalmente.
En la actualidad en la ciudad de Buenos Aires existen más de 180 murgas caracterizadas en "Centro Murga" y "Agrupación Murguera". Los Centros Murga son aquellos que realizan la tradición de los 1940 y 1950 de los carnavales porteños utilizando las características anteriormente descriptas tales como la implementación de un único instrumento como el bombo con platillo, el silbato (“pito”) y las canciones interpretadas por un solista al cual se acopla el coro en los estribillos. Por otro lado las Agrupaciones Murgueras denotan un estilo moderno al incluir un coro de más de 2 voces, coreografías y otros instrumentos como la guitarra, el redoblante, surdo y otros tantos traídos de diferentes rítmicas latinoamericanas. La murga porteña al igual que la montevideana posee una canción de presentación, crítica y retirada, como así también canciones de homenaje y glosas o recitados alusivos. Los nombres de las murgas varían según el barrio al cual pertenecen.
El estilo de la Murga en Buenos Aires es único, diferenciándose de las murgas de otras ciudades. El baile quizás sea la característica más importante. Guiado por la rítmica del bombo y del platillo, el murguero realiza saltos, patadas y contorsiones de gran destreza, fuerza y agilidad haciendo tierra en cada pulso del bombo. De este modo el baile del murguero se convierte en algo muy vistoso para el público. De acuerdo al barrio cambia el estilo de la danza y hasta el ritmo de sus bombos aunque en la actualidad ya se hayan entremezclado.
El grupo Argentino Los Auténticos Decadentes le rinde un homenaje al estilo en su canción "El Murguero", contenida en el álbum "Mi vida Loca. Durante dicha canción se nombran a varios de los conjuntos de murga arriba mencionados; los Reyes del Movimiento de Saavedra entre otras.
Entre las murgas porteñas mas famosas se encuentran los Cometas de Boedo del barrio de Boedo, Los Mismos de Siempre de la Paternal, los Reyes del Movimiento de Saavedra y por ultimo Los Amantes de la Boca, del barrio de La Boca, ya extintos luego de problemas de dinero entre sus directores. Esta última murga fue considerada por muchos como la mejor murga de todos los tiempos destacándose entre sus ritmos el número 11 que hace vibrar a la gente del barrio cuando suena por las calles…
La denominada murga porteña es característica de los carnavales de esta ciudad. Con integrantes que van desde los 20 hasta los 400 murgueros, los ensayos se realizan durante todo el año de modo tanto amateur como profesional -dependiendo de cada murga- para actuar en los corsos de carnaval que se brindan durante todos los fines de semana del mes de febrero en la ciudad de Buenos Aires.
Su instrumento característico es el "bombo con platillo" que guía la rítmica de percusión del tradicional desfile. La vestimenta consiste en un frac o levita, pantalón, guantes y grandes “galeras” (chisteras) de distintas combinaciones de colores dependiendo la agrupación, tal vestimenta deriva del atuendo que solía usar la población de origen melanoafricano durante los carnavales del siglo XIX, esta población deformaba con fines paródicos y burlescos la ropa usada que les entregaban los patrones. Cada murga suele tener un lazo muy fuerte con el barrio donde nació: así cada murga se "apellida" de acuerdo a su barrio generalmente.
En la actualidad en la ciudad de Buenos Aires existen más de 180 murgas caracterizadas en "Centro Murga" y "Agrupación Murguera". Los Centros Murga son aquellos que realizan la tradición de los 1940 y 1950 de los carnavales porteños utilizando las características anteriormente descriptas tales como la implementación de un único instrumento como el bombo con platillo, el silbato (“pito”) y las canciones interpretadas por un solista al cual se acopla el coro en los estribillos. Por otro lado las Agrupaciones Murgueras denotan un estilo moderno al incluir un coro de más de 2 voces, coreografías y otros instrumentos como la guitarra, el redoblante, surdo y otros tantos traídos de diferentes rítmicas latinoamericanas. La murga porteña al igual que la montevideana posee una canción de presentación, crítica y retirada, como así también canciones de homenaje y glosas o recitados alusivos. Los nombres de las murgas varían según el barrio al cual pertenecen.
El estilo de la Murga en Buenos Aires es único, diferenciándose de las murgas de otras ciudades. El baile quizás sea la característica más importante. Guiado por la rítmica del bombo y del platillo, el murguero realiza saltos, patadas y contorsiones de gran destreza, fuerza y agilidad haciendo tierra en cada pulso del bombo. De este modo el baile del murguero se convierte en algo muy vistoso para el público. De acuerdo al barrio cambia el estilo de la danza y hasta el ritmo de sus bombos aunque en la actualidad ya se hayan entremezclado.
El grupo Argentino Los Auténticos Decadentes le rinde un homenaje al estilo en su canción "El Murguero", contenida en el álbum "Mi vida Loca. Durante dicha canción se nombran a varios de los conjuntos de murga arriba mencionados; los Reyes del Movimiento de Saavedra entre otras.
Entre las murgas porteñas mas famosas se encuentran los Cometas de Boedo del barrio de Boedo, Los Mismos de Siempre de la Paternal, los Reyes del Movimiento de Saavedra y por ultimo Los Amantes de la Boca, del barrio de La Boca, ya extintos luego de problemas de dinero entre sus directores. Esta última murga fue considerada por muchos como la mejor murga de todos los tiempos destacándose entre sus ritmos el número 11 que hace vibrar a la gente del barrio cuando suena por las calles…
La murga y su historia
Al hablar de la murga porteña no
podemos dejar de hacer referencia al antecedente histórico del juego de agua,
señalando que el mismo “altera los protocolos de cortesía obligatorios entre
hombres y mujeres, así como entre adultos y niños”. Las características del
juego en la época de Rosas -”los huevitos de agua, antecesores de las actuales
bombitas, eran huevos de gallina vaciados y vueltos a llenar con agua. También
se usaban llenos de agua más o menos limpia o perfumada los grandes huevos de
avestruces, baldes, vejigas con aire con las que se golpeaba a algún
desprevenido”-, podemos remitirnos, como lo hace Alicia Martín en su “Tiempo de
Mascaradas” 1993, a la descripción que hizo el residente francés Alfredo Ebelot
del desparpajo del entonces presidente Sarmiento en carnaval: “...recién
llegado a Buenos Aires, me fui a ver el corso... El presidente de la República
acertó a pasar en coche descubierto. Lo mojaron hasta empaparlo. El
presidente... y los concurrentes se desternillaban de risa. ¡El presidente era
aquel Sarmiento! ¡Qué hombre de Estado ni qué niño muerto! En aquel momento, el
presidente había tirado su presidencia a los infiernos. Sentado en una
carretela vieja que la humedad no pudiese ofender , abrigado con un poncho de
vicuña, cubierta la cabeza con un chambergo, distribuía y recibía chorritos de
agua, riéndose a mandíbula batiente”.
En cuanto a los disfraces, resulta esclarecedor el análisis de las
razones que motivaron a los señoritos high
life a formar las sociedades de negros. Dice Martín 1993, entre
otros conceptos, que luego de la caída de Rosas “Los dueños de la ciudad
recuperada apelaron al carnaval para expresar la incertidumbre y el terror
frente a los violentos cambios sociales. Los señoritos de la elite disputaron
en la calle misma su lugar preeminente”. Además, señala que el hecho
de formar parte de aquella agrupación era signo de distinción en la gran
aldea “la Sociedad de Negros reunía lo más granado de la burguesía de la época.
En sus listas leemos nombres de algunos asociados, como los escritores Benito
Lynch, Miguel Cané, Rafael Barreda y Héctor Varela, Félix Outes, apellidos como
Basavilbaso, Ortiz Basualdo”.
Anécdotas como las referidas al nacimiento del disfraz de Cocoliche
(europeo), en contraposición a los Moreiras (gaucho), dan una nota de color a
enunciados de fondo que ayudan a la interpretación de la popularidad de estos
personajes, exponentes de la antinomia entre lo vernáculo y la inmigración
europea. “Los circuitos de comunicación de masas en el siglo pasado fueron los
periódicos y medios escritos, el circo criollo y las nuevas formas del teatro
nacional. En estos medios, así como en los escenarios más espontáneos y
populares del carnaval, se pueden seguir las huellas del gran drama de la
constitución de la moderna nación argentina”.
Luego vienen
las agrupaciones: murgas, comparsas, agrupaciones humorísticas. Todas estas
manifestaciones comunitarias del desorden autorizado, señalan los modos de
organización en los años treinta a través de “instituciones masculinas
informales”, como el café y la parada de la esquina, para desplazarse a los
disparadores del club de fútbol del barrio en la década del 60.
A modo de
retirada, más que invitar a apagar las luces y guardar la levita, hay que
incitar a pensar que, como decía Sarmiento, “El carnaval no puede ser
extinguido. Es una tradición dela humanidad que se perpetúa a través de los
siglos. Es una necesidad del espíritu”.
Se
Formó la Murga (murga antes de la Dictadura Militar de 1976)
Las comparsas de
carnaval fueron estimuladas en Buenos Aires por los círculos
"ilustrados" a fin de desterrar los juegos "bárbaros". En
1811, el cabildo de Mayo disponía que: " pueda salir a las calles todo género
de personas, pero (...) sin agua, huevos de olor, ni demás que se usaba en
Carnaval".Sin embargo, estas precoces comparsas naufragaron frente a las prácticas tradicionales del carnaval "bárbaro". en 1830, un periodista inglés ratificaba que: "unas épocas tentativas se hicieron en el Carnaval de este año, por grupos de enmascarados, para desfilar por las calles con música, etc., como se práctica en varias partes del continente europeo, pero no fueron alentados por los más civilizados, que, por el contrario, los empaparon con agua y los acosaron". (Britsh Packet (BP), 27-2-1830).
Recién en 1834, cuando el Jefe de Policía era Gral. Mansilla, uno de los más ilustrados federales, pudieron algunas comparsas como "La Amistad", "Los Restauradores" y "Danza de la Policía" exhibirse por las calles en el proyecto hacia las tertulias de sociedad que animaban con su presencia (Diario de la Tarde, 12-2-1934). El "buen orden que se ha observado en las Máscaras del Carnaval de este año", según la prensa, animó al empresario del Parque Argentino, Santiago Wilde, a organizar Bailes de disfraz con motivo de celebrarse el victorioso regreso de Rosas de su campaña al Desierto. Comienza a desarrollarse la industria del Carnaval, pues en el lugar se ponen en venta o alquiler tantos vestidos como máscaras.
Al año siguiente el número de comparsas aumenta y la policía dicta la primera reglamentación, responsabilizando al "jefe" de cada una por los desórdenes que pudieran cometer sus integrantes (Gaceta Mercantil, 6-2-1835).
La compañía teatral, empresaria del Coliseo Provisional, organiza bailes de máscaras durante las noches de Carnaval. El primer galán, Casacuberta, juega el papel de un ceremonioso bastonero que, entre sus funciones, ordena a las bandas de las comparsas (ubicadas en el proscenio), la ejecución de su danza o canción preparada. Se destacó la brillante entrada de los "Restauradores", que dirigía el coronel Joaquín María Ramiro, precedida por músicos ataviados de blanco con cintas rojas y como artista invitado el clown del Circo Olímpico, Mr. Hoffmaster, quien ejecutó un festejado salto mortal (BP, 28-3-1935). Además de las ya conocidas "Restauradores" y " Amistad", participaron en los festejos "Comercio", "Simbólica". "Sol", "Orden", "ler Esquina" y "Momo", esta última con una canción compuesta expresamente por Juan Bautista Alberdi. En 1836 la policía otorgó 17 permisos para comparsas, con la novedad de que la mayoría pertenecía a localidades vecinas a la ciudad como las veraniegas San Isidro O San Fernando. Entre las porteñas volvió a destacarse "Restauradores", las que "atravesaron las calles en las tres noches de carnaval, en medio de disparos, fuegos artificiales, etc., y acompañadas por bandas de música: y visitaron varias casas, incluida la de su Excelencia el Gobernador (...). Hubo baile en cada una de esas residencias, y un gran concurso de damas, todas con divisa federal (...)hasta que salió el sol en cada una de las mañanas (BP, 20-2-1936).
Es evidente el sector social al que pertenecían los miembros de esas comparsas: militares, funcionarios policiales, comerciantes, jóvenes de clase media y alta. señalan ya en el estandarte su adhesión al status que y su disposición a divertirse "espiritualmente. Las forman los hombres, los que pagan sus propios disfraces, condición ésta que exigía "un fondo excesivo con el objetivo de ostentar un lujo inmoderado" (GM, 21-2-1835).
No aparecen indicios de la participación de los negros, a los que cierta historiografía los imagina invadiendo las calles céntricas durante el carnaval como "pobres bestias...enceladas por la acción de su chicha favorita o por el cebo apetitoso del saqueo".
Las comparsas de los negros en esta época no pertenecían al Carnaval: salían en procesión en la fiesta de Reyes -San Baltazar- y algún otro acontecimiento religioso, o a invitación de la autoridad política, como las fiestas Mayas de 1838, cuando se congregaron 2000 negros frente a la pirámide en la Plaza de la Victoria para ejecutar los bailes y cantos de sus respectivas "naciones" (BP, 2-6-1838). Lejos estaban de compartir con los blancos las diversiones dentro de un pequeño espacio celosamente custodiado por rígidas reglas sociales.
Además, las duras prohibiciones contenidas en el decreto del 8 de julio de 1836 sobre el uso de máscaras, vestimenta de otro sexo. "el representarse en clase de farsante, pantomimo o entremés... traje o insignias de eclesiásticos, magistrado, militar, empleado público o persona aciaga", anticipan el ukase de 1844 que destierra "definitivamente el Carnaval, basándose en los perjuicios económicos ocasionados" por los violentos juegos a las obras públicas, la industria, la agricultura, sumado a la ofensa a la moral de las familias...". (Fuentes Revista El Corsito editada por el Centro Cultural Ricardo Rojas y dirigida por Coco Romero)
Se prohibe el carnaval – estado de sitio – Se barre el Feriado del almanaque.
Buenos
Aires, 9 de Abril de 1976...”Tengo el honor de dirigirme a V.E. en relación al
proyecto de Ley adjunto por el cual se limitan en el ámbito nacional, los días
feriados y no laborables.
La iniciativa se fundamenta en el enunciado
propósito de incrementar la productividad a través de la eliminación de pausas
en la actividad nacional.” Albano E. Harguindeguy – Julio J. Bardi. (en este
Decreto Ley quedan totalmente eliminados los feriados de lunes y martes de
carnaval.)Cuando sacaron el feriado, para nosotros fue
terrorífico. Nos enteramos por el diario
O por
la televisión. Fue como si nos cortaran las piernas.
(Mariano
de “Los Cometas de Boerdo”, Fuente: Vainer 2005)
El
Gobierno militar reprime hasta el almanaque, se suprimen los feriado que
representan festejos populares o “rituales paganos”.
La
lógica de este gobierno mostraba que un feriado suponía ante todo desaprovechar
un día laboral. Además de no “querer” festejos populares que demostraran falta
de trabajo.
Sin
embargo la represión no buscó eliminar el carnaval, ya que podía festejarse los
fines de semana. Durante el llamado Poseso de Reorganización Nacional, el
carnaval se sigió festejando los fines de semana de febrero y el primer fin de
semana de Marzo en Capital y el conurbano. ¿por qué se elimina el feriado pero
se permite el festejo sábados y domingos? ¿Al gobierno le resultaba útil que la
gente tuviera algunos “canales de distracción”? o por el arraigo social y
cultural de esta fiesta ¿No les fue fácil eliminarlo por completo?.
Poblaron
los corsos de Militares y policías, censuraron las letras, exigieron que se
registren todos los integrantes de cada agrupación y obligaron a pedir una
solicitud de permiso de circulación en la comisaría antes de cada noche de
carnaval.
El
festejo de carnaval no se prohíbe se controla; ¿Acaso eran más útiles para
nuestros gobernantes obtener esas listas de registros que prohibir?. Creo que
hoy estoy en condiciones de afirmar que sí.
Como
consecuencia se redujo el número de murgas en actividad. También hubieron
consecuencias posteriores, a mediano y largo plazo, que tienen que ver con la
ruptura y desintegración de los lazos y códigos internos de las murgas, en un
claro resultado de la violencia instalada en la sociedad y ¿por qué no? en el
miedo instalado.
La
murga como fenómeno cultural de resistencia
Eran épocas de secuestros
ilegales y desapariciones, pero nosotros seguíamos saliendo. Porque pensábamos
que pasara lo que pasara la murga no tenía que morir. Esa época fue muy dura,
fue triste. Pro nosotros teníamos que seguir adelante, porque si no se moría la
murga. Por eso seguimos saliendo a pesar de todas las condiciones que nos
ponían. (Mariano de “Los Cometas de Boerdo”, Fuente: Vainer
2005)
Caía la cana a los ensayos, elegía
treinta personas y las llevaban. Agarraban los bombos y nos llevaban caminando
a la comisaría. Llegabas allá, dejabas el bombo a un costado, venía uno y “¡uh!
Disculpá...” te daba una patada y te lo rompía... al otro día teníamos que
desarmarlo, comprar el parche, tensarlo y salir de nuevo para la plaza. No te
tomaban las huellas dactilares, ni el nombre y apellido. Pero te tenían ahí en
la comisaría cuatro horas. El tema era llevarte para cumplir con el pedido de
algún juez, algún amigo, alguien a quién le molestaba lo que vos estabas
haciendo.(Pichila de “Los Elegantes de Palermo”, Fuente Vainer 2005)
. ...”otro
tema importantísimo era que toda persona que se cubría la cara tenía que tener
un permiso especial de la comisaría que lo identificara... En cualquier momento
la policia podía pararte y pedírtelo. Porque el rostro cubierto era
terrorífico...era muy difícil poder realizar así los carnavales (Mariano de “Los Cometas de Boerdo”, Fuente: Vainer 2005)
1982
...Volver con la frente marchita... pero con más alegría que
nunca.
Regresa
el carnaval
La ejecución
de las políticas culturales, antes mencionadas, enfrentó la necesidad
de conocer y reconocer las redes de
relaciones, los liderazgos, los modos
de participación y las formas de
producción cultural propias de cada barrio. Es
decir, los espacios y modalidades de
participación y de producción cultural propuestos,
por ejemplo, por el Programa Cultural
en Barrios desconocían la experiencia
de organización y participación que
establecen los sujetos en sus lugares de
trabajo, estudio, vivienda y
recreación. Las murgas aparecen, entonces como una
de estas modalidades participativas y
de producción cultural propias de los barrios
de Buenos Aires que se mantienen en
vigencia desde su surgimiento en las
primeras décadas del siglo XX. Aunque
para fines de la década de 1980, y luego de
un proceso de retracción muy marcado
coincidente con la última dictadura militar,
sólo se llegaban a organizar unas diez
o doce murgas en toda la ciudad, las
agrupaciones de carnaval se presentan
como referentes en cuanto a actividades de
“animación sociocultural”, mantenían su
rol de organizaciones comunitarias con
gran convocatoria y fuerte liderazgo en
las redes de relaciones locales (Martín,
1997).
La asociación
civil M.U.R.G.A.S. (Murgueros Unidos Recuperando y Ganado
Alegría Siempre), comienza con el
objetivo de instaurar públicamente el
reclamo por el retorno de los feriados
de carnaval al calendario oficial. Luego, se
consolida organizando actividades
permanentes para difundir y promover las expresiones
artísticas de carnaval en los distintos
espacios barriales, en la organización
de los festejos de carnaval y a través
de publicaciones (volantes, folletos informativos,
revistas). Asimismo, este nucleamiento
pasó a ser un espacio de representación
y discusión para los heterogéneos
intereses de las agrupaciones carnavaleras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario