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martes, 31 de julio de 2012

MARTINA CHAPANAY



Martina Chapanay fue una guerrillera que actuó en las guerras civiles argentinas del siglo XIX. Era hija de un cacique huarpe y nació en la Provincia de San Juan(Argentina), en 1800, aunque se discute si en las Lagunas de Guanacache o en el Valle de Zonda. Murió en 1887. El nombre "Chapanay", proviene del idioma huarpe milcayac: Chapac nay que significa "zona de pantanos".

Entre otras hazañas, se distinguió por haber vengado la muerte del caudillo riojano Ángel “El Chacho” Peñaloza. Es centro de una devoción popular porque compartía el fruto de sus robos con los más humildes. Era una mujer de contextura pequeña, pero fuerte y ágil. De bellos rasgos, su cabello era negro lacio y de tez morena. Al elegir la vida de montonera comenzó a utilizar la vestimenta de los gauchos: (chiripá, poncho, vincha y botas de potro), tal como se representaba en las estampas y tallados de madera.

La tumba de Martina Chapanay continúa reuniendo a cientos de devotos en el pueblo sanjuanino de Mogna. Su padre fue Ambrosio Chapanay, un cacique huarpe que se refugió en el actual Departamento Lavalle (Mendoza), quien murió sin otra descendencia aparte de Martina.2 Su madre fue Mercedes González, siendo ésta blanca oriunda de la ciudad de San Juan.

La zona es ahora un desierto, pero en el siglo XIX las aguas del río Mendoza y del Desaguadero creaban las llamadas Lagunas de Guanacache. La construcción de una represa cerca de la ciudad de Mendoza provocó la sequía de las lagunas, y actualmente los huarpes obtienen el agua de pozos muy profundos, ya que los superficiales están contaminados con agua salada. La supervivencia de éstos se basa principalmente en la cría de cabras, la utilización de los frutos del algarrobo, un árbol típico de la zona, y la venta de artesanías en el Mercado Artesanal, que se encuentra al lado de la oficina de turismo de la ciudad capital.

Su madre, llamada Teodora, crio a la hija con dedicación, tal es así que la casa de Martina se transformó en escuela para los niños del lugar. Cuando era adolescente, Martina se destacaba por sus aptitudes de jinete y cuchillera, su habilidad para hacer galopar caballos en los arenales, pialar terneros, cazar animales y nadar con gran destreza. Cuando murió su madre, su padre la entregó a Clara Sánchez, de la ciudad de San Juan, que la educó con rigor. En respuesta, Martina logró escapar, encerrando a toda la familia en la casa.

A partir de ese momento, Martina vivió con los huarpes y se transformó en ladrona y asaltante de caminos, repartiendo lo que robaba entre los más pobres.

Luego convivió con el bandido Cruz Cuero, jefe de una banda que asoló la región por años. Se dijo que incluso atacaron la Iglesia de la virgen de Loreto, en la provincia de Santiago del Estero. Esta relación con Cruz terminó en una tragedia, ya que Martina se enamoró de un joven extranjero que secuestraron; Cruz golpeó a Martina y mató al joven de un balazo, pero Martina mató a Cruz con una lanza y quedó como jefa de la banda.

Sucesivamente, Martina se unió con sus secuaces al caudillo Facundo Quiroga. Martina continuó luego luchando al lado de los caudillos y Chacho Peñaloza, hasta que le ofrecieron el indulto y un cargo de sargento mayor en la policía de San Juan. En ese cuepro militar se encontraba el comandante Pablo Irrazábal, el asesino de Peñaloza. Martina lo retó a duelo, pero éste no tuvo lugar porque el oficial se descompuso por el miedo y pidió la baja.

Se cuenta que un antiguo oficial sanmartiniano, el cura Elacio Bustillos, cubrió la tumba de Martina con una laja blanca, sin ninguna inscripción, ya que “todos saben quién esta allí”.

El cantante León Gieco, con la colaboración del historiador y ensayista Hugo Chumbita, publicó en el 2001 el CD “Bandidos rurales”, que contiene un tema del mismo nombre y donde menciona a Martina Chapanay.

El poeta y cantor mendocino Hilario Cuadros escribió una cueca llamada La Martina Chapanay.

martes, 17 de julio de 2012

ARLENE SIU BERMUDEZ






Mas conocida por Arlen Siu, fue una guerrillera revolucionaria nicaragüense.

Es una de las más recordadas mártires de la Revolución Sandinista. Hija de madre nicaragüense y padre de ascendencia china fue asesinada el 1 de agosto de 1975 en El Sauce, Departamento de León, Nicaragua.1 Se le conocía como "la chinita de Jinotepe".

Nació 15 de julio de 1955 en la ciudad de Jinotepe, Carazo (Nicaragua). Su padre, Armando Siu Lau, nació en Guangdong, China y emigró a Nicaragua a finales de la década de 1940 después de pertenecer al Ejército Comunista Revolucionario, después se casó con la nicaragüense Rubia Bermúdez, originaria de la ciudad de Dolores, Carazo.

Arlen hizo su escuela primaria en Colegio Sagrado Corazón de Jesús, en Jinotepe. Y su secundaria en el Colegio Immaculada de Diriamba. Luego de bachillerarse decidió entonces, estudiar Psicología Social en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).

Compromiso social

 Durante su niñez y juventud, demostró sus valores cristianos, en los cuales se fundamentó su pasión por ayudar a los demás, en particular a los más pobres; así como sus dotes artísticos: era aficionada a la música y aprendió a tocar el acordeón, la guitarra y la flauta, pintaba y escribía poesía. Su famoso poema "María Rural" que ella musicó y fue interpretado por Carlos Mejía Godoy y el Grupo Pancasán.

Su trabajo artístico y ensayos críticos sobre el Marxismo y el Feminismo sirvieron de inspiración tanto como al movimiento sandinista como al de Movimiento de Mujeres Nicaraguenses.

Colaboro en el auxilio de los damnificados por el terremoto de Managua de 1972 atendiendo a los refugiados en los campamentos de su ciudad natal, Carazo. Durante esas acciones conoció al dirigente sandinista Ricardo Morales Avilés quien promovió su implicación con el FSLN junto a otros jóvenes de la ciudad. El hermano de Arlen relata ese periodo de la siguiente forma

De aquí salieron los primeros muchachos que de Jinotepe fueron hacia la montaña, era en ese entonces por oleadas, y aquí nosotros decíamos que éramos la retaguardia de la guerrilla y que nuestro papel era preparar al grupo de jóvenes que alimentaba a la guerrilla, ir concientizando aquí localmente, entonces así comenzó su lucha.

Revolución Sandinista

Arlen Siu tenía 18 años cuando se unió a los Sandinistas, siendo contactada por Ricardo Morales Avilés y probó ser una de las más fieles militantes de la causa revolucionaria. Ella era miembro del Movimiento Cristiano y ya había adquirido un nivel de celebridad nacional como una talentosa compositora, cantante, y guitarrista, antes de unirse al movimiento.

Con su voz, su guitarra y su canto denunció los secuestros del paramilitarismo somocista, el desaparecimiento de los militantes, los fusilamientos sumarios, las torturas a los miembros del FSLN, las violaciones a las campesinas, los asesinatos de la guardia somocista a plena luz del día y la realidad de pobreza de su pueblo que sufría las tasas de analfabetismo y mortalidad materno infantil más altas de latinoamérica. Una famosa canción de esta guerrillera fué "Maria Rural" donde relata el sufrimiento de pobreza de las madres campesinas de Nicaragua, de igual forma adaptó a la realidad de Nicaragua las "coplas de Juan Panadero" donde en lugar de mencionar la lista de caídos en la resistencia Española, mencionaba a los mártires de la guerrilla sandinista en la lucha contra la dictadura.

Su canto como protesta fue perseguido por los agentes de seguridad, y más de una vez paramilitares y francotiradores se apostaron en las afueras de la universidad mientras Arlen cantaba en los mitines de solidaridad con los prisioneros políticos del FSLN.

Su muerte

 Soldados de la Guardia Nacional de Somoza lograron ubicar cerca de El Sauce, departamento de León, una escuela de entrenamiento del Frente Sandinista de Liberación Nacional, efectuando un ataque que tomo por sorpresa a los guerrilleros sandinistas. Se entabla un fuerte combate, Arlen Siu y otros cubren la retirada de sus compañeros por aproximadamente dos horas hasta caer todos heridos mortalmente. Fue asesinada el 1 de agosto de 1975. Apenas había cumplido 20 años de edad. Junto a ella cayeron los combatientes Mario Estrada, Gilberto Rostrán, Julia Herrera de Pomares, Mercedes Reyes, Hugo Arévalo, Juan y Leónidas Espinoza.

Arlen Siú se convirtió así en una figura emblematica de la lucha sandinista, desde el triunfo de la revolución; puertos, calles, centros infantiles y escuelas llevan su nombre, así como también organizaciones revolucionarias afines al gobernante FSLN.

martes, 3 de julio de 2012

EDUARDO PERRONE







Eduardo “buby” Perrone nació en Tucumán el 12 de abril de 1940 en la estación de trenes de Villa muñecas luego sería criado por su familia ahí, en la propia estación, muchos años después, ya de viejo, moriría dentro de un vagón a los 69 años de edad. Tuvo una hija a la que su madre Griselda se la llevó en su vientre y él no la vio nunca.
En una celda del penal de Villa Urquiza en San Miguel de Tucuman, se hizo escritor, acorralado y acusado por abuso sexual, después de un hecho en el que junto con sus amigos no habían pagado a unas prostitutas. Dijo: “En prisión uno ve el inodoro humano. Conoce bichos muy raros; se sale muy cambiado”
 Había escrito ahí, “Preso Común”, libro polémico donde no sólo relata un compendio de anécdotas carcelarias, sino también es una crítica al sistema penal, que lo tuvo encerrado casi tres años sin juicio, tiene tanta vigencia como la que hizo Kafka en “El Proceso”.
Luego se salir de prision, por haberlo declarado inocente, decide marcharse a Buenos Aires, donde consigue después de muchos intentos imprimir Preso Común en una Editorial. Apunta: “Preso común” era justamente para la gente común: para el que trabaja, para el estudiante. No era un libro de elite para poner en avenida Alvear o para los que leen el diario fumando pipa en un café”
En el 74, Perrone escribió “Visita, francesa y completo”, después hizo otra novela, “Día de reír y día de llorar”, ya estábamos en el 76, y los milicos decían que era subversivo. “Para ellos, si uno se tiraba un pedo en la cancha de Atlético ya era subversivo”, señala con resignación.
"Visita Francesa y Completa" fue censurado por el Gobierno Militar junto a otros 12 libros más. El tema principal era la vida en los prostíbulos tucumanos, la trata de blancas y el tráfico de droga dentro de ellos. Según cuenta Perrone, un propietario de un local de este tipo le dijo: "Tenés razón Eduardo en todo lo que escribís, pero nosotros seguimos trabajando igual".
 Luego fue varias veces preso por cuestiones políticas, por defender su verdad, "A ellos no les gustaba lo que yo decía", "yo me la aguanté, no busqué tapar la tierra con alfombras" fueron sus palabras. Voluntario durante el conflicto con Chile, Perrone dice "Cómo demostré que era ciudadano y estaba protegido por la opinión pública, me salvé de sufrimientos peores". La escritura, a menudo ingenua, es para Perrone el primer paso de la lucidez y la denuncia, nunca el instrumento de las propias emociones.
Cuando regreso a Tucumán nunca dejó de escribir.
A mediados de los 80, otra vez en democracia, llegaron “Los pájaros van a morir a Buenos Aires” y “La Jauría”. Pero el éxito de “Preso común” ya había quedado atrás. No volvieron a editarse sus novelas.
Vivió con Aída Bornic, guionista de importantes películas argentinas, la última fue "Tango Feroz". Debido a su trabajo Aída tuvo que viajar a España y como Eduardo Perrone tenía a su madre con cáncer decidió quedarse y así se separaron. Según sus palabras: "No quería acelerarle la muerte".
Después de la muerte de su madre, Perrone abandonó la casa. “No pude seguir viviendo allí”, dijo. Recordó las noches durmiendo de prestado en hoteles ruinosos o cobijado por algún conocido. Así anduvo hasta que consiguió el vagón.
El 18 de Julio de 2009 los dioses vinieron a buscarlo, el los esperaba allí, en el mismo vagón de la Bernabé Aráoz primera cuadra.
FRAGMENTOS DE SUS ESCRITOS
Leamos este pasaje donde describe la fachada de la cárcel de Villa Urquiza:
“Edificio horrendo, de grises muros altos y espesos, siniestro, con torretas y luces, tiene todo el aspecto colosal de una fortaleza medieval, con almenas y vigías, quienes, dada la hora (21) hacían girar los reflectores: celosamente, matemáticamente, poblando el aciago interior con contraluces funestas”.
O este fragmento, donde nos muestra la cotidianeidad carcelaria:
“Los días de pago, sábado, o vísperas de fiesta, por la noche era lo más aconsejable quedarse en la celda (…) por los muchos dopados y ebrios que circulan por los pasillos.
Cuando tenía que ir a los baños escondía entre mis ropas o en un toallón el pasador de hierro de la puerta pues me podía ocurrir (y no sería raro) el ser apuñalado sin motivo”.
Y este pasaje, donde la tensión va en crescendo:
“Todo esto desgasta los nervios en forma progresiva. El clima de angustia que reina en la Jefatura es remplazado por la tensión sostenida de la vida de relación llevada en delicado equilibrio para no tener dificultades. Adentro todo el mundo se trata con un respeto superficial único. El clima de cortesía y aparente indiferencia no es quebrado jamás a pesar de los chismes subterráneos. Cuando se va a pedir un favor (todos ellos celosamente contabilizados) es mejor no olvidarlo. Hay que tratar de andar bien con todos sin pasar por estúpido. El desgaste nervioso es tal que un buen día sin motivo alguien se tira del tercer piso y la única reacción de todos es un comentario irónico, producto del terrible humor negro que campea aún en las cosas más dolorosas y trágicas”.

“Hoy faltan muchas cosas. Lo único que sobran son las promesas”, decía.